El Santander retornará a los beneficios de la época precrisis en apenas dos ejercicios. Emilio Botín considera que el grupo está en condiciones de recuperar los niveles récord a partir de 2015, para seguir aumentando esta tendencia en 2016, cuando los resultados podrían rondar los 9.000 millones. "Los beneficios en 2015 y 2016 volverán a como estaban antes de la crisis, en 2008 y 2009", aseguró el banquero durante la Junta de accionistas. El beneficio neto del banco en 2008 fue de 8.880 millones de euros y en 2009 se situó en 8.943 millones.
El grupo alcanzó su beneficio récord, hasta el momento, en 2007 con unas ganancias de 9.060 millones. Precisamente, la llegada de la crisis impidió al Santander alcanzar su objetivo de beneficios de 10.000 millones, anunciado por el propio Botín en la Junta de 2008. Desde aquella ocasión, Botín no ha vuelto a realizar ninguna previsión de resultados, hasta este viernes. El crecimiento de los beneficios del grupo se fundamentan, especialmente, en la gran aportación de la división española. Botín reiteró que Santander España obtendrá unos beneficios de 3.000 millones en 2016, lo que significará que su peso en la distribución de resultados del grupo ascienda al 33%. Un aumento exponencial desde el pírrico 2,2% de la división española en 2013.
En este sentido, España siguió provocando en 2013 el mayor castigo al grupo, incluso excluyendo las pérdidas de 635 millones generadas por el negocio inmobiliario en 2013. Santander no sólo no consiguió acentuar la caída del negocio tradicional en la red nacional, sino que la aportación de la división española a los beneficios del grupo sigue desplomándose: un 7% (478 millones) en 2013 frente al 15% del año precedente. La escasez de crédito, el entorno de bajos de interés y el castigo de la recesión siguen lastrando a la división española pese a que la entidad ya comienza a recoger las primeras sinergias en costes de la fusión Santander-Banesto-Banif.
Sin embargo, el ladrillo (y sus pérdidas) rebajó la contribución de España hasta una pírrica cota del 2,2%, tras unos beneficios que rondan los 100 millones, precisamente la misma cantidad que ya esgrimió el Santander en 2012, cuando las pérdidas ocasionadas por el ladrillo fueron sustancialmente mayores. Como sucedió en 2012, ni Emilio Botín ni el consejero delegado de la entidad (actualmente Javier Marín; Alfredo Sáenz, en 2013) quisieron aclarar la cifra exacta de los resultados en España. "Algo hemos ganado", respondió inicialmente Marín. "Al final, no ganamos dinero", replicó minutos después Botín. Finalmente, el consenso entre los dos directivos cifró los beneficios en España en el "entorno de los 100 millones". Algo menos de la mitad que Bankinter (215 millones) o el Sabadell (247 millones), entidades con un nivel de activos sensiblemente inferior al grupo con sede en Boadilla.
"La división inmobiliaria distraen los verdaderos números del banco en España", confirman desde la entidad para explicar la decisión del Santander de segregar su actividad inmobiliaria en España en una nueva unidad dentro de Europa Continental. Esta nueva unidad, que desaparecerá según se liquide el stock inmobiliario existente, recibirá los créditos promotores, las participaciones relacionadas con el sector inmobiliario y los adjudicados. Por tanto, el perjuicio (y los posibles beneficios que reporte el 15% de su participación en Altamira) del ladrillo recaerá sobre la división continental del grupo 'rojo'.
Javier Marín, consejero delegado de Santander, ha indicado que el grupo "está totalmente preparado para iniciar una nueva fase de crecimiento de los resultados", tras cinco años centrado en el fortalecimiento del balance. Precisamente, la recuperación económica, junto a las menores necesidades de saneamiento, tras dos cursos de intensas dotaciones para limpiar su balance del ladrillo tóxico, ayudarán al crecimiento de los resultados. "El objetio es aprovechar al máximo el inicio de un nuevo ciclo de aumento de beneficio y rentabilidad. Los resultados de 2013 marcan el principio de la recuperación, pero todavía estamos muy lejos de la normalización y, todavía más, de nuestro potencial", sentenció el CEO del Santander, cuyo nombramiento fue refrendado este viernes por los accionistas del Santander.
Alguno de los accionistas criticó la elección de Juan Miguel Villar, imputado hasta por seis delitos en el caso Bárcenas, como consejero del Santander. "Gente imputada no debería tener un puesto tan importante en el consejo del Santander", recalcó uno de los veintidós pequeños ahorradores que intervinieron en la Junta. Varios de ellos criticaron a Botín la comercialización de los Valores Santander que ha provocado pérdidas superiores al 50% sobre la inversión inicial. Precisamente, la Comisión Nacional del Mercado de Valores ha multado a la entidad cántabra con 17 millones de euros por una infracción grave y otra muy grave en la comercialización de los Valores Santander.
La primera multa, de diez millones de euros, se inflige por una sanción "grave" ya que, según explica el supervisor bursátil, Santander no disponía "de la información necesaria sobre sus clientes en el proceso de suscripción de la emisión Valores Santander. La segunda sanción, que asciende a 6,9 millones, se impone por una infracción "muy grave" por el "incumplimiento de algunas de las obligaciones que regulan la relación entre Banco Santander, S.A. y su clientela respecto del producto Valores Santander. El grupo ha recurrido estas decisiones.