Santander ha presentado esta semana recurso de reposición contra el auto de adjudicación de su sede en Madrid, la Ciudad Financiera.
El banco advierte de que se han producido "graves infracciones" en el proceso de adjudicación, y critica que en una operación como esta, valorada en 3.000 millones de euros, no se haya exigido a los compradores pruebas de su solvencia.
La entidad presidida por Ana Botín inicia así con este recurso de reposición una batalla judicial que amenaza con alargar el proceso de venta de su sede varios años.
Santander ha contratado a Clifford Chance como asesor en su recurso
De acuerdo a fuentes que han participado en la operación, en el caso de que el recurso presentado el martes ante el Juzgado Mercantil número 9 de Madrid -a cargo del concurso de acreedores del anterior propietario de la Ciudad Financiera, Marme, y de la venta del activo- sea rechazado (lo más previsible), Santander acudirá a la Audiencia Provincial. Y de ahí, si perdiera ese recurso, al Tribunal Supremo.
El Juzgado Mercantil número 9 de Madrid comunicó la pasada semana su auto de adjudicación de la Ciudad Financiera, a los hermanos Reuben, inversores británicos de origen indio y una de las mayores fortunas del mundo. Los Reuben presentaron una oferta ligeramente superior a la presentada por Santander el pasado mes de noviembre.
Santander sostiene en su recurso de reposición que en el proceso y en la participación de Reuben Brothers -instrumentalizada a través de la sociedad Sorlinda y otras- se han producido "graves infracciones".
El banco defiende que tendría derecho a alcanzar acuerdos con otros acreedores
El banco afirma en su recurso, en cuya elaboración ha contado con el despacho Clifford Chance, que el auto "no es conforme a Derecho", y que la oferta de Sorlinda debió ser excluida del proceso desde un principio. Santander destaca que una operación como esta, que requiere "un desembolso de 3.000 millones de euros" sería "inconcebible" que no se exigiera a los compradores pruebas de su solvencia.
Entre otros factores por los que Santander considera que la oferta de los inversores británicos debiera ser rechazada, apunta que estos no asumen los pasivos de Marme, y advierte que sociedades empleadas en la operación están radicadas en paraísos fiscales.
Acuerdos espurios
El banco español sostiene además su recurso aludiendo a la posición de los otros bancos acreedores -entre ellos Caixabank e ING- quienes también han enviado a la administración concursal escritos defendiendo la oferta de Santander, y poniendo en duda la capacidad de pago de los hermanos Reuben, como ha publicado este diario.
La posición de estos bancos acreedores ha llamado la atención de fuentes consultadas que han participado en la operación, al mostrar estos un apoyo incondicional a la oferta de Santander a pesar de que esta es inferior a la de los hermanos Reuben. Y se preguntan si el primer banco español no habrá llegado a un acuerdo con estas entidades para comprar o garantizar la compra futura de su deuda.
En su recurso Santander sostiene que no ha llegado a un acuerdo "espurio" con estas entidades. Pero añade que, en todo caso, cualquier postor tendría derecho para alcanzar acuerdos con los acreedores.