Nuevo revés a Santander en una vieja disputa legal en Estados Unidos. La entidad presidida por Ana Botín perdió el pasado 17 de julio un juicio en Massachusetts (Estados Unidos) que puede costarle 281 millones de dólares (242 millones de euros).
Se trata de una disputa fiscal que arrastra del antiguo Sovereign Bank, en el que entró en 2005. Esta filial llevó al Gobierno norteamericano a los tribunales por unas deducciones fiscales negadas de 234 millones de dólares, que se generaron entre 2003 y 2005. Así se desprende de las cuentas de la entidad y de datos adelantados por Law360.
Santander y Sovereign consiguieron inicialmente una sentencia a su favor del juez de Distrito de Massachusetts en 2015. El Gobierno entonces presidido por Barack Obama consiguió darle la vuelta al fallo tras un recurso ante el Supremo. Tras este asalto perdido, el banco español recurrió a la Corte de Apelación, sin suerte. Y la sentencia del pasado 17 de julio es la consecuencia de las dos derrotas anteriores: el juez de Massachusetts se pronuncia tras las indicaciones del Supremo.
Batalla abierta
"Se están valorando posibles recursos contra esta decisión. La pérdida estimada en relación con este litigio se encuentra provisionada", señala Santander en sus cuentas del primer semestre.
Junto a los 234 millones de la disputa fiscal, Santander USA se expone a una sanción de 47 millones de dólares por "negligencia y minimizar los ingresos del Servicio Interno de Impuestos [IRS, por sus siglas en inglés]", según Law360.
Según la misma publicación, el enfrentamiento se debe a unas filiales de Sovereign en Reino Unido, que según Santander debería permitir una deducción fiscal y que para el Gobierno se trataba de una evasión.
Esta batalla legal es una de las muchas que ha tenido Santander en su 'vía crucis' desde que aterrizó en Estados Unidos
Tras años de quebraderos de cabeza, la entidad ya ha enderezado el rumbo en Estados Unidos. Ganó 335 millones de euros allí en el primer semestre, un 53,7% más que en el mismo periodo de 2017, superando por primera vez sin objeciones las pruebas de resistencia.
Esta batalla legal es una de las muchas que ha tenido Santander desde que aterrizó en Estados Unidos. Suspendió tres test de estrés de la Reserva Federal, hasta este año, y no ha podido repartir dividendos al grupo por las exigencias regulatorias. Incluso tuvo las cuentas de su filial de financiación al consumo abiertas por discrepancias con el auditor.