La presidenta de la Sociedad gestora de activos procedentes de la reestructuración bancaria (Sareb), Balén Romana, está buscando una persona con un perfil "más financiero" para sustituir al actual director general, Walter de Luna. Romana lleva planeando este cambio desde finales del pasado año, según confirman fuentes del sector. Por su parte, aún no se conoce si el director de activos financieros, Luis Moreno, abandonará o no el banco malo. No se descarta que Moreno pueda continuar en el banco malo en un puesto de segunda línea, petición realizada por el propio directivo por motivos personales.
La intención de Romana, según confirman fuentes financieras, es dar con alguien que "acorde mejor los retos que tiene planteados Sareb para 2014". Así, busca a una persona con un perfil "financiero y de gestor de balance", más que un directivo que sea "puramente comercial y de venta de carteras".
Desde Sareb han declinado hacer comentarios, pero las fuentes consultadas han explicado que el actual director general de la compañía ha sido "útil" para la primera etapa de la sociedad, pero coinciden en que "no tiene experiencia en la gestión del balance" y eso es lo que ahora necesita Sareb.
Por eso han asegurado que la presidenta de la compañía ha abierto un proceso de selección para escoger a un nuevo director general con un perfil más idóneo para estas funciones, al tiempo que comunicó sus planes a su actual "número dos" que, lejos de dimitir, sigue en la compañía aunque igualmente busca diferentes alternativas. De hecho, el propio De Luna está participando en la elaboración del plan de negocio de la entidad para este ejercicio. No hay una fecha concreta para tener terminado el proceso de selección.
Los accionistas consultados consideran que lo previsible es que en breve Belén Romana les proponga "al menos dos candidatos" para el cargo de director general que se ajuste al nuevo perfil de este puesto con el fin de que puedan dar su opinión.
No obstante consideran que para eso puede ser necesario aún algo más de tiempo porque insisten en que el nuevo director general debe contar con experiencia en la gestión del balance y estar dispuesto a hacerlo sin cobrar más de medio millón de euros al año, el sueldo máximo que puede pagar la sociedad.