La Comisión Europea ha avisado este martes de que encontrar trabajo en España y otros Estados miembros como Rumanía, Bulgaria o Grecia no es una garantía suficiente para salir de la pobreza debido a la elevada proporción de contratos temporales o a tiempo parcial. La población en riesgo de pobreza o exclusión social ha aumentado en España del 23,3% en 2007 al 28,2% en 2012 debido al impacto de la crisis y al aumento del paro, según el informe anual sobre la evolución del empleo y la situación social en Europa publicado este martes por el Ejecutivo comunitario.
De acuerdo con este estudio, sólo alrededor del 35% de los españoles en riesgo de pobreza entre 18 y 59 años que encuentra un trabajo logra salir de la pobreza, un porcentaje similar al que se registra en Grecia. Únicamente Rumanía y Bulgaria ofrecen cifras inferiores.
Lo importante es el tipo de empleo
De media en la UE, el 50% de los ciudadanos que eran pobres en 2008 y encontraron un trabajo salieron de la pobreza en 2009. Los mejores resultados corresponden a Portugal y Suecia, con porcentajes superiores al 65%. Las diferencias dependen, según Bruselas, del tipo de empleo así como de la composición del hogar y de la situación de la pareja en el mercado de trabajo.
"Desafortunadamente, no podemos decir que tener un trabajo equivale necesariamente a un estándar de vida decente", ha dicho el comisario de Empleo, László Andor, en rueda de prensa. De hecho, el 12% de los trabajadores españoles viven en situación de pobreza, un porcentaje que sólo superan Grecia y Rumanía.
"Incluso si el paro se reduce gradualmente, como se prevé, esto podría no ser suficiente para revertir el crecimiento de la pobreza, especialmente si la polarización salarial continúa sobre todo por el aumento del empleo a tiempo parcial", ha subrayado Andor. "Debemos crear empleo, pero de calidad, para lograr una recuperación sostenible que no tenga sólo como efecto combatir el paro sino igualmente reducir la pobreza", ha insistido el comisario de Empleo.
De acuerdo con el informe, el aumento de la pobreza en España se explica por la elevada proporción de hogares con todos los miembros en paro, el alto nivel de paro de larga duración, un escaso impacto de las prestaciones sociales y un alto nivel de pobreza entre los trabajadores.
El Ejecutivo comunitario sostiene que las personas que se benefician de prestaciones por desempleo tienen más posibilidades de encontrar trabajo que las que no las reciben. Este análisis se cumple en particular para los sistemas bien diseñados, en particular aquellos donde el nivel de los pagos disminuye progresivamente, acompañados de condiciones adecuadas, como la obligación de buscar trabajo. Este tipo de sistemas permite una mejor adecuación entre las cualificaciones y las necesidades del mercado, lo que a su vez facilita lograr empleos de mejor calidad y ayudar a salir de la pobreza.
Según el estudio, el 35% de los hogares españoles en riesgo de pobreza no reciben una cobertura adecuada de prestaciones sociales, un porcentaje que supera la media comunitaria (30%). Finlandia, Suecia, Holanda y Dinamarca son los países con menos hogares sin cobertura social mientras que Grecia, Chipre e Italia se sitúan a la cola. Además, el 15% de los hogares españoles en riesgo de pobreza dependen para sobrevivir de la pensión de los abuelos, una de las tasas más altas de la UE junto con Chipre, Grecia, Bulgaria, Letonia y Polonia.
Desigualdad entre hombres y mujeres
El informe desvela igualmente que persiste la desigualdad entre hombres y mujeres en la participación en el mercado laboral. El número de horas trabajadas por las mujeres sigue siendo muy inferior al de los hombres, lo que según Bruselas perjudica las posibilidades de sus carreras, su remuneración y su nivel de pensiones.
Esta desigualdad adopta características distintas según el Estado miembro de que se trate. En España o en Irlanda, la tasa de empleo femenino es inferior a la de los hombres, pero cuando trabajan las mujeres tienden a tener horarios más largos. En cambio, en Holanda, Alemania, Austria o Reino Unido, un gran número de mujeres trabajan pero con horarios restringidos. Sólo en los países nórdicos y bálticos estas diferencias se reducen.