El Ministerio de Economía retrasará los detalles del banco malo porque no les salen las cuentas. Pese a que Guindos había prometido que el decreto estaría listo para el viernes 24, las negociaciones del detalle marchan con retraso. La troika y algunos miembros del Gobierno están pidiendo que el precio que el Estado español dé a los bancos por los activos transferidos sea más bajo, lo que ayudaría a reactivar el mercado inmobiliario.
Sin embargo, esto también significaría que el Ejecutivo tendría que aportar más dinero para las recapitalizaciones y que algunas entidades podrían sufrir para cumplir con los requisitos de capital. Alguna incluso podría ser considerada no viable y tendría que ser liquidada, hecho que quiere evitar el Ministerio dirigido por Luis de Guindos.
La consultora Alvarez & Marsal que diseña el banco malo recomienda que no se caiga en el error irlandés de brindar unos precios demasiado bajos y que lastraban a las entidades. Pero esta opinión no es compartida… Una fuente del sector financiero explica que el espíritu del banco malo consiste en dar unos precios muy ajustados al mercado para aflorar las pérdidas, limpiar el sistema de entidades enfermas y reactivar la economía. Si hay un piso en la costa que rondaba los 10 millones de pesetas hace 10 años y ahora se valora por 40 millones en los libros del banco, muchos posibles compradores la adquirirían por los 10 millones, pero no por 40.
La fórmula final que se decida para concretar el "valor razonable" de los activos que se traspasarán al banco malo determinará la factura final del rescate del sistema financiero español. Fuentes del sector aseguran que acercar la valoración del parque inmobiliario tóxico al precio de mercado superaría el techo de 60.000 millones dado por Oliver Wyman y Roland Berger en el ejercicio de estrés realizado en julio sobre la banca española. "No sería raro que, en función de cómo se articule el banco malo, el rescate puede superar los 70.000 o incluso los 80.000 millones", explican desde un par de entidades.
"Cuanto mayor sea el descuento, mayor será la pérdida que aflore y que tendrá que ser cubierta en forma de capital. Después de los esfuerzos de los dos planes De Guindos, las entidades están tan justas de capital que cualquier variación mínima en la tasación de sus adjudicados pueden abocarles a tener que acudir a las ayudas estatales. Por eso, estos dos meses van a ser definitivos", sostienen desde un banco.
Por el momento, la vicepresidenta Sáenz de Santamaría anunció ayer que la presentación del banco malo puede retrasarse al próximo viernes 31 de agosto. Sin embargo, fuentes conocedoras de las negociaciones aseguran que en ese Consejo de Ministros apenas se esbozarán algunas líneas básicas, para cumplir con la exigencia del Memorando de Entendimiento que obligaba al Gobierno español a tener listo el banco malo antes de finales de este mes. "Hasta finales de octubre o noviembre no van a estar despejadas todas las incógnitas", afirman estas fuentes.
En el caso de Irlanda, se esperaba que los activos transferidos se tasasen con un descuento del 20 por ciento sobre el valor en libros. Sin embargo, debido a la complicada situación del mercado, finalmente se aplicó una pérdida del 57 por ciento de media a los activos. Y eso elevó drásticamente la cifra del rescate. El Gobierno está teniendo muy en cuenta las lecciones de la experiencia irlandesa a la hora de definir el banco malo español.
A diferencia de Irlanda, las entidades españolas llegan con un nivel de saneamientos mucho mayor. En el segundo decreto, el Gobierno exigió a la banca más provisiones, o fondos para cubrir posibles pérdidas, por importe de unos 28.000 millones. Con esta cobertura se pretende cubrir una pequeña parte adicional (en torno al 9%) de la exposición al riesgo del sector promotor y constructor, de modo que la cobertura total será de aproximadamente 137.000 millones, el 45% de los 304.000 millones relacionados con el ladrillo.
En en el primer decreto de febrero, Guindos obligó a la banca a aumentar las provisiones en 53.000 millones para cubrir los activos más tóxicos del sector del ladrillo: los créditos morosos, los subestándar y los activos que los bancos se han quedado por el impago de créditos. Además, exigió una provisión de unos 9.000 millones por el 7% del crédito promotor considerado sano.
Con la segunda norma, esa provisión se ha aumentado del 7% al 30%. Ese incremento del 23% no se efectúa de forma indiscriminada, sino en función de cuál sea la garantía de ese crédito promotor. Antes de que acabe 2012, las entidades bancarias tendrán que elevar la cobertura con provisiones de sus suelos al corriente de pago (que suman 25.000 millones de euros) del 7% al 52%; la de las promociones en curso (16.000 millones de euros) del 7% al 29%; la de las viviendas terminadas (61.000 millones de euros) del 7% al 14%; y la de aquellos créditos sin garantía real (18.000 millones de euros) del 7% al 52%.