Internet de Las Cosas (IoT) para detectar plagas agrícolas. Aplicaciones para la monitorización de cultivos. Drones para la captación de información. Visión artificial para detectar problemas en los productos y su recipiente. Big data para la estandarización de la relación comercial. Comercio electrónico de verduras frescas.
Mucho se ha sembrado desde que se empezó a arar la tierra en el modo más tradicional y mucha tecnología ha pasado también por el sector gracias a la revolución industrial. El Banco Mundial ubica la agricultura como una de las industrias líder: más de tres trillones de dólares. En el caso de España, el sector ronda los 26 billones de euros y -según datos de 2015 del Ministerio de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente- ocupa más de 800.000 hectáreas en el país. Ahora, es el turno de la revolución de la información y las startups, una ecuación que da vida al llamado Agrotech o Agtech.
"El sector agroalimentario cada día innova más. A diferencia de lo que se piensa, el sector incluye tecnología como una necesidad", explica Alberto Clerigué, director de inversiones de la Sociedad de Desarollo de Navarra (Sodena), responsable de Orizont, aceleradora de empresas del sector agroalimentario.
En España, el 85% del mundo agro -en su mayoría rural- corresponde al modelo familiar, según datos de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA). "Pero no hay que tener la imagen del abuelito, arando en el monte, reacio a la innovación. Los agricultores más jóvenes tienen claro que hay problemas que solo se pueden trabajar desde la tecnología y las startups", asegura el portavoz de UPA, Diego Juste.
Y sí hay startups. Este año, la aceleradora de Navarra ha recibido proyectos nacionales e internacionales. Más de 200, señala Clerigué. Pero, como en las ediciones anteriores, solo seis formarán parte del programa que da inicio este septiembre. Extremadura también tiene la mirada sobre las startups con Agrotech, el Plan Director de Política Económica de la región hasta el 2020.
Además de cautivar al sector público, las agrotech han despertado el interés del capital privado: banca, aceleradoras, fondos de inversión. "Hay grandes oportunidades y muchas tendencias que se empiezan a trabajar", asegura Yolanda Pérez, directora del programa BStartup (Sabadell).
Captando talento
Nadie quiere perder tiempo. Quieren conseguir el talento, venga de donde venga: de casa, del vecino o de otro continente. "Nuestro objetivo es que las startups innovadoras del mundo conozcan Orizont", insiste el director de inversiones de Sodena. La aceleradora -agrega- nació a finales de 2014 porque aunque el sector agroalimentario era (y es) importante en España y en la comunidad, “necesitaba renovarse y re-fortalecerse”.
Para poder captar el talento necesario para esta renovación, Sodena llamó al Centro Europeo de Empresas e Innovación de Navarra (CEIN) y a las empresas del sector. "Teníamos que montar una aceleradora atractiva, no solo para las startups en Navarra, también fuera. Por eso nos preguntamos: ¿qué características teníamos que vender a los emprendedores?", cuenta Clerigué.
Teníamos que montar una aceleradora atractiva, no solo para las startups en Navarra, también fuera"
De ahí nació la oferta del programa: una dotación económica de 110.000 euros, seis meses de asesoramiento con las compañías expertas del sector, sede de trabajo en la Ciudad Agroalimentaria de Tudela y, si no se es de Navarra, vivienda gratuita.
En el caso de Extremadura, el gobierno autonómico cuenta con Startup Extremadura y el proyecto Mentoring Extremadura. Además, tiene una red de aceleradoras especializadas: Agrotech Startup, para impulsar proyectos vinculados con el sector agroalimentario, las energías renovables, la salud, el turismo y las TICs.
El programa se basa en la voluntad e interés mutuo de emprendedores y mentores (empresarios con más de tres años en el sector de las TIC) sin remuneración monetaria ni coste para ninguna de las partes. La intención, según refiere Mentoring Extremadura en su página web, es "facilitar la creación de vínculos y relaciones que puedan tener continuidad más allá del tiempo establecido para cada relación de mentoring".
Cambio de paradigma
BrioAgro Technologies S.L. es una de las startups aceleradas en Orizont en 2015. Allí consiguió una dotación 110.000 euros y a través de la Empresa Nacional de Innovación (Enisa) levantó 30.000 euros. Ahora, la startup cuenta con dos líneas de trabajo: vita y aqua. En la primera controlan las constantes vitales, realizan monitorización del cultivo y facilitan la información al usuario para que tome decisiones vinculantes; en la segunda, el proceso es más automatizado y es la propia tecnología desarrollada por la startup la que determina cuándo y cómo regar los cultivos.
En otras palabras, "inteligencia móvil y control de cultivos. Nosotros recogemos información, monitorizamos, notificamos y actuamos". Así presenta José Luis Bustos el proyecto, porque "a un agricultor no le vas a contar qué eres una startup: le dices que le vas a ayudar y a solucionar un problema". Y aún así cuesta, dice.
"Todos tenemos el mismo problema: es un sector conservador al que llegas para romper la tradición al agricultor", explica Bustos, aunque admite que los avances se consiguen y el diálogo, al final, se establece. Desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) coinciden. "Se trata en su mayoría de una población envejecida con una tradición muy fuerte. Es difícil decir: 'ahora lo tienes que hacer así', asegura Juste.
Para Alfredo Ferrer, fundador de VisionQuality (acelerada en Navarra en la promoción de 2016), el sector acoge "muy bien" la llegada de las startups y asegura que la tecnología es complicada para quienes la desarrollan, pero no para el cliente final. "Le ayuda a producir más rápido y con mejor calidad", dice.
Desde esta startup ofrecen sistemas automáticos con visión artificial de inspección y clasificación a nivel industrial, orientados especialmente a la industria del sector agroalimentario; es decir, se encargan de analizar y desechar de forma automática -y muy rápida- lo que no sirve de la producción (ya sean zanahorias, tomates o envases).
El problema, explica Juste, es otro. "Los agricultores saben que se están haciendo cosas, pero no se ve muy claro cómo rentabilizar", sostiene el portavoz de la UPA, a la vez que recuerda la "crisis de rentabilidad que atraviesan los pequeños agricultores por los precios". Así, aunque vean en las startups una solución atractiva, les resulta complicado a los más pequeños dar el paso a nivel económico.
A un agricultor no le vas a contar qué eres una startup: le dices que le vas a ayudar y a solucionar un problema"
Pero también hay opciones gratuitas o de bajo coste. Un ejemplo de ello es Agricolum -startup acelerada por BStartup-, que ofrece una aplicación móvil para gestionar el cuaderno de campo y mantenerlo actualizado, a la vez que se cumple con los requisitos de la Unión Europea en materia de trazabilidad.
"El gran cambio ha sido que esto se ha llevado al móvil -dicen desde BStartup-; estas app facilitan el trabajo de los pequeños agricultores", que, en el caso de Agricolum, se ven beneficiados en la disminución de papeleos al momento de cumplir con la normativa.
Aunque aplaude el logro de las aplicaciones móviles, Juste señala la falta de cobertura en el mundo rural como otro de los problemas. "Esta semana es noticia el 5G en España. Y hay zonas a las que no llega ni el 3G. Esto es un freno tremendo a este tipo de tecnología", comentan desde la UPA a la vez que exigen que se obligue a las empresas de telecomunicaciones a desarrollar la red 4G en el mundo rural.
Inversión privada
El crecimiento de las startups en el sector agrotech es palpable para los especialistas consultados por este diario. "Hay una revolución bastante importante en el sector. Se ha pasado de hacer las cosas de manera muy manual a automatizar los procesos; y no solo en el campo, también en la industria", afirma Ferrer.
Bustos coincide y asegura que hay una tendencia. "Hay un boom en el sector y no lo digo como moda; es positivo. Hay apoyos municipales y regionales”, agrega. Y tiene razón. No solo hay apoyos gubernamentales, también hay inversión privada y programas de aceleración que potencian el sector de la agroalimentación, el medio ambiente y las energías renovables. BStartup, Plug and Play y Wayra son algunos ejemplos.
"En 2050 el gran reto será darle de comer a 9.500 millones de personas y aumentar en un 35% la producción alimentaria. Y para eso necesitamos inversión en I+D+i", señala la directora de BStartup, Yolanda Pérez, quien no duda que el sector se siga desarrollando como respuesta a la necesidad presente y futura. La innovación está servida y nadie quiere perder su parte.