La subida del precio del petróleo que se ha producido esta semana tras los ataques del sábado pasado a dos refinerías de Aramco en Arabia Saudí puede ser clave para propiciar que China y Estados Unidos consigan llegar a un acuerdo que ponga fin a la guerra comercial entre ambos.
La razón se encuentra en que China es el mayor importador del mundo de petróleo, con lo que una subida en el precio del crudo le perjudica directamente ya que incrementar su factura con el exterior, lo que unido a otros problemas coyunturales que atraviesa el gigante asiático podrían llevarle a sentarse a negociar con una clara voluntad de llegar a un acuerdo con Donald Trump.
El viento en contra sopla para la potencia económica que dirige Xi Jinping, ya que a la desaceleración económica se suman problemas como los aranceles -cada vez más altos- que ha impuesto el Gobierno estadounidense a la importación de productos chinos -cada vez más numerosos-.
El brote de fiebre porcina que ha puesto contra las cuerdas al sector cárnico, muy importante en el país por el elevado consumo de su población, complica también la situación y ahonda en la debilidad de China de cara a negociar con EEUU.
"China no está en una posición fuerte para sentarse a negociar con Estados Unidos, ya que es uno de los países más perjudicados por la revalorización del petróleo y una potencial reducción del suministro", advierte Didier Saint-Georges, experto en macroeconomía y miembro del comité de inversión de la gestora francesa Carmignac.
Saint-Georges explica que mientras EEUU y Rusia son autosuficientes en energía, China depende completamente del exterior y recientemente ha decidido aumentar la compra de petróleo a Irán para reducir su dependencia de otros países como Rusia o Venezuela, por lo que ahora podría estar lamentando haber elegido ese proveedor.
Buena noticia para el crecimiento
Su posición de debilidad podría llevarle a ser más proclive a lograr un acuerdo con Trump, ya que la actitud del mandatario estadounidense parte de la percepción de que "cada vez va a haber menos crecimiento a nivel global, que en el comercio internacional siempre hay un ganador y un perdedor, y que EEUU debe quedarse con la porción más grande la tarta para proclamarse campeón", explica.
El presidente estadounidense asegura que busca un "acuerdo comercial completo" con China y "no uno parcial", aunque ha dicho públicamente que no cree que pueda lograrlo "antes de las elecciones" de 2020, según ha recogido Efe.
Una solución para la guerra comercial sería una buena noticia para los mercados y para la economía a nivel internacional, ya que, según las estimaciones del Banco de España, el conflicto proteccionista podría llegar a restar un 0,25% al crecimiento de la economía mundial y un 0,2 % al PIB de la Eurozona entre 2019 y 2021.