El incremento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) desde 2018 ha provocado que 71.600 trabajadores hayan perdido su empleo y que se haya evitado la creación de otros 145.900, lo que se traduce en la desaparición de 217.500 puestos de trabajo, según un estudio realizado por Cepyme recogido por EFE.
Ante estos datos, la Confederación Española de la Pequeña y de la Mediana Empresa (Cepyme) advierte de las "nocivas consecuencias" que tendría una nueva subida del SMI -especialmente para las pequeñas y medianas empresas- en un contexto de fuerte incremento de los costes, de desaceleración de las ventas y de pérdida de productividad.
Elevar el SMI conllevará una nueva subida de cotizaciones, de hasta el 46%, y afectará de manera más intensa a los trabajadores con menor cualificación, insiste Cepyme, que añade que es una forma de perjudicar a "los profesionales más vulnerables".
En la subida del salario mínimo deberían tenerse en cuenta varios factores además de la evolución del IPC, como la marcha de la situación económica y del empleo y la productividad.
Detalla en un comunicado que en los últimos cuatro años, coincidiendo con un incremento del SMI del 35,9%, la tasa de creación de empleo en tareas elementales se ralentizó hasta el 2,8%, frente a la tasa registrada entre 2013 y 2018, que se situaba en el 13,4%.
IPC, situación económica, del empleo y productividad
Cepyme hace hincapié en que en la subida del salario mínimo deberían tenerse en cuenta varios factores además de la evolución del IPC, como la marcha de la situación económica y del empleo y la productividad, que en este último caso descendió un 7,5% de 2017 a 2021, según datos del Indicador de la Pyme de Cepyme.