Economía

La banca está hecha un solar: acumula 31.700 millones en terrenos, el máximo desde el estallido de la burbuja

La cartera de suelo de la banca es de 76,2 millones de metros cuadrados. El equivalente a la superficie que ocuparían 9.525 grandes estadios de fútbol como el Santiago Bernabéu o el Nou Camp. El suelo no sigue la misma línea descendente del resto de activos adjudicados de la banca. Todo lo contrario, su volumen no para de incrementarse desde el traspaso del ladrillo tóxico a la Sareb.

  • Imagen del desarrollo urbanístico en Valdebebas, en Madrid.

El estallido de la burbuja inmobiliaria provocó que oleadas de ladrillo inundaran los balances de la banca. Un empacho que se está digiriendo a diferente ritmo por parte de las entidades. Aunque el volumen de activos tóxicos del sector constructor y promotor ha descendido en la parte de créditos, los inmuebles en manos de las entidades financieras siguen aumentando. Según las cifras del informe semestral de estabilidad financiera publicadas este miércoles por el Banco de España, los bancos tenían 83.409 millones en inmuebles adjudicados en sus balances a cierre del año 2014. De ellos, un 38% corresponde a suelo. En total, 31.700 millones entre terrenos rústicos, la mayoría de ellos invendibles, y edificables.

Para saber los metros cuadrados que representan esos 31.700 millones de euros, se toma como referencia el precio medio del metro cuadrado en España en ciudades de más de 50.000 habitantes. Según datos del Ministerio de Fomento, la cifra es de 416 euros, por lo que con una sencilla operación aritmética se puede intuir que la cartera de suelo de la banca es de 76,2 millones de metros cuadrados. El equivalente a la superficie que ocuparían 9.525 grandes estadios de fútbol como el Santiago Bernabéu o el Nou Camp.

Pese a que los activos adjudicados de la banca alcanzaron su techo en junio de 2012, con cerca de 100.000 millones de euros en balance, el volumen de suelo en poder de las entidades no ha parado de crecer pese a que las entidades con ayudas públicas aparcaron en la Sareb, el conocido como banco malo, un volumen de terrenos por valor de 15.075 millones. De hecho, en 2011, ya en pleno pinchazo de la burbuja inmobiliaria, entre los cinco bancos y las 15 principales cajas acumulaban suelo valorado en 22.700 millones de euros. En 2014, el volumen de solares ascendía a 30.566 millones.Este volumen de suelo representan las cifras brutas registrada en balance antes de deducir las provisiones y correcciones de valor constituidos para la cobertura de esos activos.

Dejando aparte zonas de especial atractivo, como Madrid capital o Barcelona, donde se han seguido sellando transacciones, la compraventa de suelos es uno de los mercados que más paralizado ha quedado durante la crisis y su digestión probablemente se alargue más allá que la del resto de activos. Ayudará, en todo caso, que las entidades tengan provisionada esta partida al 60% de su valor, frente al 49% de media que tienen cubierto del conjunto de su carga inmobiliaria.

Al igual que el suelo, los edificios terminados en poder de los bancos son consecuencia de las adquisiciones o intercambios por deuda procedentes de financiaciones concedidas por cada entidad relativas a sus negocios en España, así como las participaciones y financiaciones a entidades tenedoras de dichos activos. El sector financiero cuenta con 21.102 millones en este tipo de activos. A continuación se encuentran los adjudicados procedentes de financiaciones hipotecarias a hogares para adquisición de vivienda, que suponen un 20,6 % (17.182 millones), mientras que los edificios en construcción suponen sólo un 5 % (4.170 millones) del total, ascendiendo el resto de adjudicaciones a un 11 %.

Con un grado de provisión menor, del 37,80% en el caso de inmuebles de particulares y del 50% en el de promotores, este tipo de activos encuentran mayor cabida en el mercado. Solo entre las seis mayores entidades del país han logrado comercializar casi 300.000 inmuebles entre 2012, 2013 y 2014. Además, gracias a la profesionalización de las plataformas inmobiliarias que fueron creando, en su mayoría traspasadas ahora a manos de fondos de inversión especializados, y a una cierta mejoría en la concesión de nuevas hipotecas, el grueso de entidades ha incrementado el ritmo de ventas en el primer trimestre de este año.

El grifo se vuelve a abrir

El organismo que preside Luis María Linde destaca que durante el pasado ejercicio el ritmo de caída del crédito se ha ralentizado de forma importante, tanto para las familias como para las empresas. En concreto, el descenso de la financiación bancaria al sector privado residente bajó el 6,4% en 2014, frente al 8,3% del anterior ejercicio. En febrero (últimos datos disponibles) la reducción fue del 5,9%.

Las empresas fueron las mayores beneficiadas de esta todavía parcial reactivación del crédito. Mientras que la financiación a las familias pasó de caer un 5,5% en 2013 al 4,8% en 2014, la mejora fue mucho más contundente para las empresas no relacionadas con el ladrillo. A finales del pasado año, el saldo del crédito a estas compañías bajó apenas 1,5%, frente al 9% del año anterior. El Banco de España destaca que, en cambio, sigue el desapalancamiento de promotoras y otras compañías vinculadas con el inmobiliario, lo que considera bueno ya que continúa "el necesario proceso de corrección de los excesos de la anterior fase expansiva".

El Informe también revela que el nuevo crédito concedido por la banca al sector privado español alcanzó los 280.000 millones de euros entre marzo de 2014 (primeros datos disponibles de la serie) y enero 2015. Otra cuestión que el regulador destaca entre los avances positivos del pasado año es la disminución de los tipos aplicados a los créditos, tanto para familias como, sobre todo, para las empresas.

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