El pasado mes de julio la Comisión Europea dictó una norma mediante la cual se rebajaba la tasa de intercambio de las tarjetas de crédito al 0,30% máximo (la media ronda el 0,70%). Para ello, hay un periodo transitorio de aplicación, pero la caída de ingresos para las entidades financieras traerá varias consecuencias. Entre ellas, una disminución clara de las tarjetas en vigor. De cerca de 70 millones 'vivas', la cifra podría caer al entorno de 40 millones… o por debajo.
Así lo indican desde la cúpula de una compañía emisora de tarjetas, que está en la actualidad estudiando medidas como aplicar cargos semanales o quincenales, así como ofrecer otros servicios de valor añadido frente a las tarjetas colocadas por bancos.
Muchos ingresos
En Vozpópuli ya indicamos que esta controvertida medida haría perder una cantidad importante de ingresos a los bancos y estos, por supuesto, reaccionarán. Se contemplan medidas como la externalización a empresas especializadas por parte de aquellos bancos que no tengan un enorme número de tarjetas colocadas, pero, especialmente, se dejarán de ‘regalar’ sin coste para el usuario. Evidentemente, eso reducirá la cantidad de tarjetas por usuario.
Las fuentes consultadas indican que “manejamos una reducción del parque de tarjetas de crédito desde los 70 millones aproximados de ahora hasta menos de 50… o incluso 40”.
Los expertos en cuestión indican que, a su vez, “el coste medio de tarjeta por usuario es de unos 30 euros al año. Si se le incrementa o se les obliga a pagar, comenzarán a darse de baja”.
Todo esto ser verá “en los próximos 9 o 10 meses”, aseguran, que es cuando debe entrar en vigor la normativa.
La medida la aplicó Bruselas para suavizar la presión sobre el comerciante, que es quien soporta las comisiones en las operaciones a crédito, pero los emisores denuncian que ese recorte se trasladará al cliente de manera inexorable. Por tanto, el futuro pasa por menos tarjetas y todas de pago.