El tablero de ajedrez en el que se ha convertido en Telefónica arde en movimientos. La entrada en septiembre del año pasado de STC Group, la empresa de telecomunicaciones propiedad de la familia real saudí, ha provocado, y presumiblemente provocará, movimientos en el consejo de la compañía.
STC afloró hace poco más de un año un 9,99% del accionariado en el operador, un 4,99% en títulos directos y un 5% en derivados, lo que le da derecho a una silla en el consejo de administración. Una decisión, en todo caso, cuya última palabra la tiene el Gobierno, al tratarse de una empresa estratégica.
Hace unos días el diario El Confidencial anunciaba que José María Álvarez Pallete, presidente de la corporación, e Isidro Fainé, su homólogo en CriteriaCaixa y accionista de Telefónica a través del banco -posee un 10%-, acordaron realizar cambios en el consejo.
El movimiento de ficha sería el de permutar a Javier De Paz, los ojos y manos del Gobierno de Pedro Sánchez en Telefónica -llegó al operador en 2008 de la mano de José Luis Rodríguez Zapatero-, por el consejero al que tiene derecho STC Group.
La aritmética es caprichosa. Si Telefónica quiere cumplir con la Ley de Paridad que entra en vigor en 2025 tendrá que ser una mujer quien ocupe el cargo. Algo que no parece vaya a suceder atendiendo a la política que en este sentido mantiene la empresa saudí.
El nuevo marco legal establece que en los consejos de administración debe haber un mínimo de representación del 40% del "sexo menos representado", que en el caso de Telefónica y de otras empresas del Ibex 35 es el femenino.
Las sociedades cotizadas deberán asegurar que el consejo de administración tenga una composición que asegure la presencia, como mínimo, de un cuarenta por ciento de personas del sexo menos representado"Ley de Paridad
En la actualidad el consejo de administración de la 'teleco' española está compuesto por 15 miembros, dos consejeros ejecutivos (Pallete y Ángel Vilá), otros tres dominicales (que representan a CriteriaCaixa, BBVA y la SEPI), uno externo (Javier de Paz) y nueve independientes.
El consejero de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, que actúa en representación del Gobierno, quien se ha hecho con un 10% de las acciones para contrarrestar la entrada de STC, es Carlos Ocaña, amigo de Sánchez y que en su día le ayudó a preparar la tesis doctoral.
Si la saudí STC Group no apuesta por una mujer para ocupar el sillón, cosa que no parece vaya a suceder, el operador tendrá que ampliar el consejo e incorporar perfiles femeninos. La Ley de Paridad es clara: "Las sociedades cotizadas deberán asegurar que el consejo de administración tenga una composición que asegure la presencia, como mínimo, de un cuarenta por ciento de personas del sexo menos representado".
La otra opción: la silla del BBVA
De no ser así, tal y como marca el texto legal, la empresa se expone a castigos. "Se impondrán sanciones en el marco de dicha ley a aquellas entidades cotizadas que vulneren las obligaciones en materia de igualdad de género en los consejos de administración". Para realizar el pertinente seguimiento y asegurarse de que se cumple con lo exigido, la regulación "prevé también la necesidad de integrar en el informe de sostenibilidad un informe anual sobre la representación del sexo menos representado en el consejo de administración".
Una de las opciones para no ampliar el consejo sería dar salida al consejero de BBVA y que en su lugar se incorporase una consejera.
Tal y como informó este diario, fuentes próximas a BBVA explican que la entidad bancaria se marca como línea roja para mantener intacto su 4,8% en el operador de telecomunicaciones la política de dividendos, más allá de mantener su sitio en el consejo de administración.