Transporte

Óscar Puente se resiste a liberalizar el autobús pese a que viajar a Badajoz cuesta 50 euros más que a Lisboa

Grupo Alsa y Avanza concentran el 74% de la facturación del transporte en autobús

  • Varias personas esperan para subirse a un autobús -

Las pequeñas empresas dedicadas al transporte de personas por carretera, en concreto las dedicadas al autobús, llevan años reclamando la liberalización de un sector en el que las licencias se otorgan por diez años. Este sistema lleva en vigencia décadas.

España es una anomalía en este sentido si se compara con lo que sucede en el resto de la Unión Europea (UE). La mayoría de países ha liberalizado el sector en aras de incrementar la competencia para que los precios sean más asequibles para el ciudadano. Desde hace tiempo se habla de la apertura del autobús en nuestro país, pero no acaba de suceder.

La patata caliente le ha tocado ahora al ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente. El problema ha sido arrinconado, gobierno tras gobierno, desde tiempos inmemoriales, llegándose a la paradoja de que, incluso con el transporte ferroviario liberado, resulte más caro viajar en autobús dentro de España que hacerlo desde aquí hacia extranjero.

Así lo refleja el comparador de precios del transporte, Movelia, consultado por este diario. Se han analizado los tickets más económicos de autobús para viajar -ida y vuelta- desde Madrid a ciudades de España, pero también de Francia y Portugal, con fecha de ida el martes de la semana que viene (24 de septiembre) y vuelta el viernes de esa misma semana (27 de septiembre). Los resultados son sorprendentes.

Viajar desde Madrid a Lisboa en las fechas señaladas tiene un precio de 37 euros en la tarifa más económica. Si se compara con lo que cuesta moverse de Madrid a Barcelona, la diferencia es de 13 euros al alza. El ticket a la ciudad condal asciende a 50 euros.

Lo mismo sucede si seviaja desde la capital de España a Badajoz. El billete sigue siendo más caro respecto a Lisboa: viajar a la capital portuguesa cuesta 50 euros menos.

Si se compara con otro destino internacional, en este caso Marsella (Francia), la historia se repite. Ir y volver hasta esa localidad en autobús tiene un coste de 79 euros. Desplazarse a Badajoz sigue siendo más caro, en concreto 8 euros. Si se compara, por ejemplo, este trayecto con Oviedo, el coste es similar. Para viajar a la ciudad asturiana en autobús en las fechas señaladas hay que desembolsar 76 euros. Pero aún hay más; moverse hasta la ciudad de las luz sigue siendo más contenido que a Badajoz. Desplazarse a la ciudad extremeña es es dos euros más caro que a la francesa (ir y volver a París cuesta 85 euros).

Concentración del mercado

El sector del transporte por autobús se encuentra muy atomizado en España. Los ingresos están en manos mayoritariamente de dos corporaciones. Por un lado está el Grupo Alsa, con un 62% del total, y Avanza, con un 12%. En total, suman el 74% de la facturación, según datos del Ministerio de Transportes. Tres cuartas partes del negocio está en las arcas de estas dos enseñas.

Seguirán viendo crecer su negocio al calor de nuevas licitaciones. Madrid, Andalucía y Cataluña preparan concursos para el transporte de viajeros por carretera. Son contratos que en total suman 25.000 millones de euros. Se trata de cálculos facilitados por la consultora KPMG a este diario, a los que hay que sumar otras licitaciones de menor cuantía que también se lanzarán próximamente en distintas regiones de España.

El hecho de que sean concesiones de una década debe tenerse en cuenta, porque es un marco temporal muy grande. En ocasiones no se hacen nuevos concursos de las líneas expiradas pasado este tiempo, pero se siguen cubriendo -y pagando- por el operador adjudicatario porque son un servicio público.

El sistema concesional por el que se rige España tiene sus orígenes en tiempos de la dictadura franquista y apenas se ha modificado. La regulación posterior permite, entre otras cosas, que se preste servicio pese a haber caducado la adjudicación.

Algo criticado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que en un informe de 2022 asegura que muchas de las líneas no se han visto jamás sometidas a la competencia.

El cabotaje

Son agujeros regulatorios que han empujado a pequeñas y medianas empresas del sector a reclamar el cumplimiento de la normativa europea sobre cabotaje. Piden que, tal y como refleja el reglamento aprobado en 2009, las empresas que prestan servicios en España puedan recocoger y dejar pasajeros en territorio nacional cuando van de un punto a otro de la piel de toro.

Según Viajar Más en Autobús, alianza que aglutina a estas corporaciones en pro de sus intereses, esto permitiría crear de forma natural conexiones hoy inexistentes. Se trata de aprovechar las paradas nacionales de operadores como Gipsy, BlaBlaCar Bus o la alemana FlixBus, empresa de travel-tech especializada en líneas internacionales. Esto sería un problema para Alsa y Avanza, que verían más competidoras en sus líneas nacionales. Desde Confebus, la patronal que les representa, reman en contra de esta medida.

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