Óscar Puente es una sorpresa constante. Una oportunidad política para la oposición. Un elefante en una cacharrería cuyo fluido vital es la polémica. Que hablen de ti, aunque sea mal. Ese es su credo.
Un ministro que en los últimos días ha vivido una de sus semanas más catastróficas. No hablamos de gestión, sino de comunicación. Él se lo guisa, él se lo come.
El fin de semana pasado participó en la III Escuela de Gobierno organizada por el PSOE de Castilla y León y por su secretario general, Luis Tudanca, en Salamanca. Allí, sin pudor alguno, dijo que el presidente de Argentina, Javier Milei, tomaba "sustancias". Esto generó la lógica respuesta de los dirigentes políticos del país sudamericano, incluido el propio Milei, y se montó una crisis diplomática, como era lógico y normal, con varios cruces de declaraciones. Hasta Albares, el responsable de Exteriores, tuvo que acudir al rescate.
La respuesta de Puente fue paradójica, muy lejos de lo que se podría esperar de un ministro acostumbrado a la potencia de fuego de los medios. Manifestó que "si yo hubiera tenido la mínima noción, y ese es quizás mi gran error, de la difusión y la repercusión que ha tenido, no hubiera dicho lo que dije. A veces uno cree que está hablando para una audiencia de doscientas personas".
Es peor la justificación -no se puede hablar de disculpa- que el hecho en sí. Un ministro debe saber que lo que va a decir en público -y en ocasiones hasta en privado- ha de tratarse como nitroglicerina. Es lógico, pues, que se siembren dudas sobre su capacidad para dirigir una cartera que desde su llegada ha visto multiplicados los problemas. Es posible hasta cierto punto que sean los mismos de antes, pero los excesos tuiteros de Puente acaban por generar mucho fango -que diría Sánchez- en redes. Twitter siempre responde a los pirómanos verbales con explosiones verbales. Todo se dimensiona.
Los Cercanías y Ayuso
El pasado lunes un Cercanías procedente de Guadalajara con dirección a Madrid sufrió un problema y se detuvo justo antes de entrar en la estación de Atocha. Los pasajeros, tras pasar un buen rato con calor y sin aire fresco, se las apañaron para abandonar el vagón y caminar sobre las vías hasta la estación. Una imagen de otra época que recogieron los medios. La respuesta de Puente al ser preguntado al respecto fue jarabe de ajo y agua. Problemas en los Cercanías, dijo, "los hay y los habrá". Ninguna solución. Eso sí, no dudó en incluir en la ecuación, cómo no, a Isabel Díaz Ayuso.
¿La única explicación que tiene que dar el ministro Puente a los ciudadanos que se ven sometidos a la tortura de subirse a un tren de Cercanías sin saber si va a salir o no van a poder llegar a tiempo a su destino es que hay otra administración que también tiene incidencias?"Miguel Ángel García Martín, consejero de Presidencia, Justicia y Administración Local de la Comunidad
Puente carga contra Ayuso
El Metro de Madrid, declaró el titular de Transportes, sufre "diez veces más de incidencias que los Cercanías". Y recalcó con énfasis las tres palabras iniciales: "Diez veces más". A renglón seguido, se colgó el cartel de mártir, manifestando que, tras el último incidente sufrido por el suburbano madrileño, Ayuso se encontraba de campaña en Cataluña y nadie preguntó por ella. Puente se situó en el polo opuesto. Dejó caer que, en cuanto hay problemas, todas las miradas recaen en él -el profe le tiene manía-. La respuesta de la presidenta de la Comunidad de Madrid fue sucinta, más breve de lo que suelen ser sus réplicas, y con menos guindilla de lo habitual: "Se tiene que informar mejor el ministro". Ayuso no parece ver rival en Puente, no necesita el cuerpo a cuerpo al que tanto partido saca desde Madrid. El titular de Transportes ha salido escaldado y se lame las heridas. Mantiene un perfil plano en Twitter, que no tardará, a buen seguro, en volver a agitar cuando considere sea menester.
ANAC
Si tuviera un ápice de dignidad y vergüenza, dimitiría. Pero no se puede pedir peras al olmo, obviamente. Seguirá ahí, viviendo del cuento, como tantos otros de la banda, su jefe incluído.
Caballeria
La función de este individuo, no es solucionar nada de nada, es llamar la atención, insultando y creando problemas, para que no se hable de la corrupción del gobierno y espacialmente de la mujer del presidente, todo lo demás a este personaje le resbala....
Birmania
Si es que de donde no hay, no se puede sacar. Es lo que tiene hacer ministro a un incapaz, que no te mueve la silla porque no sabe, pero tampoco sabe lo que tiene que hacer y peor aún, lo que no tiene que hacer.
Oberheim
Si bueno ya sabemos cómo es, el mono aunque se vista de seda... Lo que hay que hacer es exigirle la auditoría al ministerio que prometió.