El Tribunal General de la UE ha dado la razón al Banco Central Europeo sobre una consulta referida a Crédit Agricole. El BCE pedía la separación de poderes entre puestos ejecutivos y no ejecutivos en la alta dirección de cuatro filiales del banco francés, alegando que la supervisión se ve menoscabada cuando el presidente del órgano de dirección en su función de presidente también se encarga de la "dirección efectiva".
El BCE considera que las funciones que permiten a una persona obtener la aprobación como "director efectivo", son funciones ejecutivas (como las del consejero delegado), distintas de las funciones confiadas al presidente de la Junta Directiva.
Asimismo, los jueces consideran que dicho solapamiento no se puede permitir aunque el presidente ejecutivo no asuma la función de consejero delegado.
En el caso de que esta sentencia se tomara al pie de la letra, la sustitución de Francisco González en BBVA se vería comprometida, puesto que la persona que llegara tendría menos poder, ya que dicha estructura es la que funciona en la entidad.