El presidente de EEUU, Donald Trump, ha nombrado a Jerome Powell nuevo director de la Reserva Federal (Fed), decisión con la que apuesta por el continuismo en el gradual ajuste monetario a la vez que sustituye a la ahora jefa del banco central, Janet Yellen, por un nuevo rostro.
"Estoy convencido de que (Powell) tiene el conocimiento y sabiduría necesarios para liderar nuestra economía", afirmó Trump al anunciar su decisión en la Rosaleda de la Casa Blanca, acompañado por su candidato a presidente de la Fed. "Brindará una extensa experiencia en el sector privado y una perspectiva sobre el mundo real a nuestro Gobierno", agregó el mandatario.
Powell, abogado de formación, cuenta con una amplia trayectoria profesional en la banca de inversión, como socio del Carlyle Group. Aunque en las últimas semanas había aplaudido a Yellen, cuyo trabajo volvió a calificar hoy de "maravilloso", lo cierto es que la apuesta de Trump por el reemplazo de la nominada por el entonces presidente Barack Obama en 2013 era evidente.
La pasada semana en una entrevista el mandatario dejó claro que no se trataba tanto de cualidades como de legado. "Por un lado, he de decir, a uno le gustaría dejar su propio sello, lo que puede que sea una de las cosas que ella tiene en su contra", afirmó Trump sobre Yellen al comentar sus opciones la pasada semana.
Además, la nominación de Powell, de 64 años y actual miembro de la junta de gobernadores del banco central, facilita la aprobación requerida del candidato por parte del Senado. Rompe, no obstante, con la tradición de los nuevos presidentes de volver a nominar durante su primer mandato al jefe precedente de la Fed, como señal de estabilidad.
El Senado, con leve mayoría republicana, ya ratificó en 2012 a Powell cuando fue propuesto por Obama para su entrada la Fed; y su figura, considerada de "consenso y moderada", está alejada de la controversia. Asimismo, dado el continuismo esperado en la política monetaria por una Fed liderada por Powell, será difícil que encuentre oposición de peso entre los demócratas.
Por su parte, el candidato a dirigir el todopoderoso organismo se mostró "honrado por esta gran oportunidad para servir" a su país. "Si soy confirmado por el Senado, haré todo lo que esté en mi poder por alcanzar las metas asignadas a la Reserva Federal por el Congreso: estabilidad de precios y máximo empleo", indicó.
Powell también ofreció su respetos a Yellen, al asegurar que la economía de EEUU "ha realizado sustanciales progresos hacia la completa recuperación" bajo su mandato, que culminará en febrero próximo. Hereda una situación económica envidiable, con la tasa de desempleo en el 4,2 %, nivel no visto desde 2001 y cerca del pleno empleo, y un ritmo anual de crecimiento superior al 3 % en los últimos dos trimestres.
La única sombra es la persistente y baja inflación, que sigue por debajo de la meta anual del 2 % marcada por la Fed y no acaba de repuntar pese a la buena salud de la primera economía mundial. Los mercados reaccionaron con optimismo al anuncio, pese a ser una decisión casi cantada, y el Dow Jones de Industriales, el principal indicador de Wall Street, cerró la jornada con una subida del 0,35 % y registró así un nuevo récord histórico.
"Se prevé que (Powell) continúe con la política de Yellen, y ese probablemente ha sido uno de los elementos que han hecho decantarse al presidente Trump", afirmó Chester Spatt, ex presidente de la Comisión de Valores de EEUU y profesor del Massachusetts Institute of Technology (MIT).
"Y, a la vez, ha sido más crítico de las modificaciones del marco regulatorio, así que puede haber cambios en ese sentido", agregó Spatt, al comentar la sintonía en este sentido con Trump, quien ha criticado el exceso normativo y de supervisión del sistema financiero aplicado por el Gobierno de Obama tras la crisis.