Vodafone vinculará el coste de sus tarifas al Índice de Precios al Consumo (IPC). La compañía lo hará teniendo en cuenta el periodo interanual, calculado entre octubre del año anterior y septiembre del año en curso.
Una información adelantada por el diario Expansión, quien refleja que la actualización se producirá a partir del 1 de enero de 2023. En el corto plazo la noticia supone, casi con toda seguridad, el incremento de la factura de los usuarios del operador, a tenor de las estimaciones de subida de precios para los próximos meses. La inflación acumilada es del 5,7% en lo que va de año, mientras las previsiones más agoreras aseguran que es posible que 2022 cierre en torno al 10%.
Quedarán exonerados de las subidas de precio los clientes más vulnerables de Vodafone, aquellos con tarifas sociales y también los usuarios de Lowi, su marca de bajo coste. El operador informará a los usuarios de estos cambios a lo largo de esta semana, tal y como asegura el rotativo económico. Se trata de un movimiento que la corporación roja ya ha ejecutado en otros países en los que opera.
Un sector al que no había llegado la inflación
El coste de las conexiones de fibra y la telefonía móvil sufre un descenso ininterrumpido desde hace años. Nuestro país cuenta con en torno a medio centenar de compañías telefónicas si se suman los Operadores Móviles Virtuales (OMV) y las grandes compañías (Telefónica, Orange, Vodafone y MásMóvil). Algo inédito en prácticamente todo el mundo; es un sector con una altísima competitividad.
La fusión entre Orange y MásMóvil y el incremento generalizado de los precios, además de la guerra de Ucrania, parecían circunstancias que podrían impulsar a la baja los precios, o al menos contenerlos, pero no ha sido así. Hasta ahora. Vodafone rompe con esta dinámica tras su decisión de fijar los precios en función del IPC.
Una noticia que puede provocar que sus competidores comiencen a incrementar el coste de las tarifas, convirtiendo la decisión de Vodafone en el inicio de un dominó de precios al alza.