Llega uno de los jueves más temidos en Wall Street. Hoy vencerán las opciones del S&P 500 y todo parece indicar que será una sesión de máxima tensión, pues el volumen de transacciones aumenta de manera considerbale y con ello la volatilidad, tal y como reconoce a Vozpópuli el abogado del despacho Navas y Cusí Fernando Navas.
Con la mala racha que llevan los mercados estadounidenses por la invasión de Ucrania existe un gran riesgo de que los inversores a los que no se les ha cerrado la operación incurran en grandes pérdidas.
Y es que este jueves es un momento clave, pues se aprovecha para tomar posiciones para el siguiente trimestre, pero dada la alta incertidumbre puede ser que el volumen de ventas sea mayor que el de compras, como ya ocurrió en el último jueves de marzo de 2020, coincidiendo con la pandemia, recuerda Navas. Esta espiral bajista podría terminar contagiando a los mercados europeos, tocados ya por la invasión de Ucrania.
Más allá de las fuertes caídas que se pueden producir en Bolsa, el gran riesgo erradica en que las entidades no cierren a tiempo las operaciones de sus clientes, que pueden incurrir en pérdidas importantes si los bancos deciden echarle un pulso al mercado, que en tiempos de máxima volatilidad terminan perdiendo.
Las opciones sobre el S&P 500 es un derivado financiero de Wall Street que otorga el derecho, pero no la obligación, de comprar o vender el valor de dicho índice. Las opciones sobre índices siempre tienen un precio de ejercicio, una fecha de vencimiento y un índice subyacente que siguen las opciones. Todas las opciones sobre índices se liquidan en efectivo.
En estos casos, cuando la Bolsa va mal, los bancos abren una línea de préstamo a sus clientes para hacer frente a las pérdidas, pero si las caídas son muy pronunciadas puede terminar en desastre. Existen casos de clientes que han realizado una inversión inicial de 25.000 euros a los que su banco les ha dado una línea de crédito elevada que termina en una deuda de 2 millones de euros.
Wall Street
La sesión de Wall Street también estará marcada por la última decisión de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, tras aumentar este miércoles del 2,6% al 4,3% la previsión de inflación para este año, a la vez que rebajó la tasa de crecimiento económico del 4% estimado en diciembre pasado al 2,8%. Estos datos macros, mucho más alarmantes de lo esperado ha obligado al banco central a subir los tipos de interés en 0,25 puntos porcentuales.
La Fed mantuvo su previsión de cerrar 2022 con una tasa de desempleo del 3,5%, y no prevé que este vuelva a subir hasta 2024, cuando lo haría muy ligeramente, en una décima hasta el 3,6%. El banco central espera que la inflación se modere el año que viene y caiga al 2,7% -mucho más cerca de su objetivo del 2% anual- y todavía más en 2024 hasta el 2,3 %.