Economía

De Luna mantuvo poderes en la inmobiliaria de ING durante sus 15 meses como número 2 de la Sareb

El banco naranja le revocó, el pasado 5 de febrero, una vez había sido ya sido cesado de la Sareb, su firma como director general de ING Real Estate Finance, como socio y administrador único de ING Real Estate Operations y como apoderado de una empresa, cuyo objeto social es la comercialización de suelo.

  • Walter de Luna, ex director general de la Sareb, junto a Belén Romana, presidenta del banco malo.

La llegada de Walter de Luna a la Sareb, en diciembre de 2012, no borró todas las huellas de su pasado en ING Real Estate, la división inmobiliaria del banco naranja. El ex director general del banco malo ha mantenido, durante sus 15 meses como número dos de la institución presidida por Belén Romana, sus poderes como director general de ING Real Estate Finance, como socio y administrador único de ING Real Estate Investment Operations y como apoderado de Edibo XXI, una filial de ING cuyo objeto social es la compra, venta, alquiler, parcelación y urbanización de solares, terrenos y fincas de cualquier naturaleza, pudiendo proceder a la edificación de los mismos y a su enajenación. En definitiva, uno de los muchos objetivos que tiene encomendada la Sareb.

Al ex directivo de la Sareb le fueron revocados todos sus poderes de la inmobiliaria de ING el pasado 5 de febrero, según ha podido saber Vozpópuli, casi quince meses después de haber dejado de ser uno de los máximos responsables de gestionar el ladrillo del banco naranja y durante el mismo período de tiempo en el que ha sido el encargado de ejecutar la estrategia de la Sareb. Fuentes de ING confirman que se procedió a eliminar la firma de Walter de Luna en esa fecha dentro de una revisión de poderes más amplia que efectuó la entidad. Apenas un día después, el pasado 6 de febrero, la Sareb revocó los poderes de su ex número dos que fue cesado como directivo del banco malo el pasado 29 de enero. "Desconocíamos esta situación, que no ha afectado para nada la actuación de Walter de Luna durante su etapa en la Sareb", explican fuentes del banco malo.

Pese a que De Luna, como cualquier trabajador, no está obligado a conocer si mantiene o no algún tipo de apoderamiento de un puesto previo, la relevancia de su cargo en la Sareb, en cuyo consejo existen muchos conflictos de intereses al estar representados gran parte de los bancos, así como el propio código de conducta del banco malo le requerían una mayor diligencia por borrar cualquier relación con su pasado en el mundo inmobiliario.

El código de conducta de la Sareb, aprobado el 24 de abril de 2013, está plagado de alusiones sobre la necesidad de mantener una praxis inmaculada en los comportamientos de todos sus trabajadores, pero especialmente en el caso de los ejecutivos. Así, aquellas personas que ocupan una posición sensible, como era el caso de Walter de Luna, deben ser ejemplo de mejores conductas “por la mayor influencia de sus actuaciones en la reputación de la Compañía y en el grado de cumplimiento de sus compromisos".

Un día después de la revocación de poderes a de Luna por parte de ING, la Sareb procedió a suspender todas las atribuciones de su ex director general, que salió del banco malo el pasado 29 de enero

De hecho, el artículo 27.2 del citado código, asegura que todos los trabajadores tienen que "comunicar, tan pronto como tengan conocimiento de ello, aquellas situaciones concretas que pudieran representar un conflicto potencial entre sus intereses personales, o los de personas vinculados a ellos (padres, hijos, abuelos, nietos y hermanos del trabajador o de su pareja), y los de la compañía. Tal comunicación deberá ser dirigida, por escrito, a su superior jerárquico y a la Dirección de Control Interno y Cumplimiento". Así debería haberlo hecho de Luna en caso de haber tenido constancia que mantenía sus poderes en la división inmobiliaria de ING. El reconocimiento por parte de De Luna de que mantenía poderes en la inmobiliaria de ING Direct debería haber quedado reflejado en el informe anual de la Sareb, en el apartado en el que los directivos reconocen los posibles conflictos de interés por su participación o apoderamiento en otras empresas del sector.

El único acuerdo público entre el banco malo e ING, durante la etapa de Walter de Luna, se plasmó en la constitución de un pacto por el que la entidad naranja se convertía en financiador de inmuebles de la Sareb. Al igual que otras entidades financieras españolas, ING se comprometió a destinar líneas de financiación (hasta 500 millones de euros) para la adquisición de pisos del banco malo. El acuerdo se suscribió, el pasado 14 de octubre, entre el propio De Luna y el director general de clientes particulares de ING Direct España, Daniel Llano.

De Luna abandonó su cargo en la Sareb, el pasado 29 de enero, por diferencias con la presidenta Belén Romana en cuanto a la gestión de la sociedad. Sin embargo, fuentes próximas al accionariado de Sareb explicaron que la principal razón para el cambio en la cúpula directiva de la entidad obedecía a que De Luna no contaba con el perfil de gestor que requiere la compañía en la actualidad. Por el momento, continúa el proceso de búsqueda de un nuevo director general que sustituya a De Luna, según confirman fuentes del banco malo.

Las diferencias entre Belén Romana y Walter de Luna, los dos principales ejecutivos de la Sareb, generaron sus primeros daños colaterales con el cese de Miguel Garicano, uno de los hombres afines al ex número dos, el pasado 6 de noviembre. Garicano aterrizó en el banco malo proveniente de ING Commercial Bank donde era director de Operaciones y Sistemas y uno de los más estrechos colaboradores de Walter de Luna. Garicano se incorporó al banco malo, el pasado 24 de enero, junto a otros cuatro directivos. Además de Garicano se sumaron Alfredo Guitart, como director de Medios; Orlando García, como director de Auditoría Interna; Juan Barba, en calidad de director de Activos Inmobiliarios y Luis Moreno, como director de Activos Financieros. 

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