La banca suiza y también la de Andorra han advertido a sus clientes españoles por carta que para continuar operando con ellos con normalidad deberán justificarles que están al día con Hacienda, es decir, que en estos días se han acogido o a la Declaración Tributaria Especial (DTE) o han regularizado voluntariamente sus cuentas opacas. Así lo aseguran despachos legales que han tenido participación muy activa en la reciente amnistía fiscal.
En el país neutral tienen claro que en España se ha comenzado a aplicar una ley antifraude con un fuerte endurecimiento de las penas y ya han sufrido en sus carnes cómo las gastan los principales países en los últimos tiempos, en especial EE UU, que amenazó con aplicar un impuesto especial a las entidades financieras helvéticas que no le facilitaran información sobre sus residentes con cuentas allá. Después de aquellos tensos contactos de la administración Obama con la banca nació la Foreign Account Tax Compliance (FACTA), que España acaba de suscribir y que constituye un importante hito en materia de intercambio de información fiscal entre países. El cerco ante el blanqueo de capitales y la evasión es cada vez más estrecho. Por una vez, parece que esta cuestión va en serio.
En el punto de mira
Las entidades financieras de países opacos al fisco están en el punto de mira de EE UU y la UE y pretenden cubrir sus espaldas. Hace tiempo que saben de esta situación y se han desplegado sobre España para ofrecer servicios en origen a sus clientes. No sólo los bancos avisan que se acabó la fiesta fiscal: también lo están haciendo los hedge funds.
Desde un despacho español comentaban el pasado viernes, al finalizar el plazo d la amnistía que “tenemos constancia de que directores de entidades con sede en Ginebra, Zurich o incluso Andorra están avisando a su clientela que, o justifican, su regularización o deberán irse. Así de crudo”.
Conviene recordar que Suiza ya es de facto un país sin secreto bancario. A principios de enero de 2013 se someterá a referendum popular la derogación definitiva, que ya ha refrendado el Parlamento.
Resultados de la amnistía
El viernes pasado finalizó la amnistía fiscal aprobada por el Gobierno antes del verano. Los despachos consultados confirman que las regularizaciones se han agolpado a última hora y de hecho aun podría presentarse alguna entre el lunes y el martes, a pesar de que técnicamente están fuera de plazo. Pero hay un periodo de gracia.
Los bufetes señalan que sus clientes se han acogido de manera masiva a esta ventana de oportunidad, aunque destacan que lo han hecho más por la regularización voluntaria, es decir, presentando una declaracion complementaria, que por la DTE.
Esto es debido a que si las carteras afloradas estaban invertidas en Bolsa o fondos de inversión, mediante el proceso ordinario se evitaba abonar el 10% sobre precios de compra que establecía la DTE. Dado que los últimos años han sido nefastos en los mercados, gran parte de las declaraciones arrojaban minusvalías de cartera, por lo que el saldo a abonar era inferior a dicho 10%.
Los despachos señalan que los clientes se han inclinado por este modelo en muchos casos contra sus consejos, ya que la DTE ofrece más seguridad jurídica cara al futuro.
Si esto se confirmara, se daría sin lugar a dudas un hecho sobre el que ya se escuchan comentarios: la amnistía será un éxito en cuanto a afloración de rentas, pero no en el capítulo de recaudación.
El ministro Cristóbal Montoro ya pronunció el pasado lunes 26 unas palabras en un evento organizado por Inverco, en las que aseguró que “la amnistía será un éxito porque permitirá aflorar unas rentas que pagarán impuestos en el futuro”. Será difícil que se logren los 2.500 millones de euros planteados (para eso, deberían acogerse a la DTE 25.000 millones de euros en rentas ocultas) pero la imprescriptibilidad del delito fiscal aprobada este año será sin duda un acicate definitivo para la regularización.