El Ministerio de Fomento quiere superar la -cada vez más- penosa situación económica con un golpe de efecto en toda regla: el anuncio de que las obras para conectar España y Portugal por alta velocidad vuelven a retomarse. Oficialmente paralizadas desde marzo por el Gobierno del conservador Pedro Passos Coelho, estos días la ministra Ana Pastor y su equipo han mantenido contactos relevantes con el Ejecutivo luso para convencerlo de la importancia de unir en un futuro Madrid y Lisboa a través del AVE. Eso permitiría, opinan en Fomento, desarrollar el maltrecho transporte de mercancías, relanzar la actividad en los puertos y vertebrar la península ibérica con este tipo de vías ferroviarias, tan abundantes en el territorio español pero inexistentes en el portugués.
En marzo, el Tribunal de Cuentas luso invalidó el contrato para la ejecución de un tramo entre Poceirao, en la periferia lisboeta, y Caia, pegando ya a Extremadura. Un tramo de 150 kilómetros cuyo coste ascendía a 1.400 millones de euros y que Passos Coelho ya había dejado en el aire nada más ganar las elecciones legislativas de 2011, como había prometido, dada la maltrecha economía del país. Pero fue la decisión del Tribunal de Cuentas la que certificó el parte de defunción del proyecto firmado por el exprimer ministro José Sócrates en 2010, que ahora España quiere retomar según ha sabido este medio.
"Tren de velocidad alta"
Para alcanzar un punto de entendimiento entre las autoridades de ambos países Fomento ha tenido renunciar a su compromiso por un tren de alta velocidad similar al que une Madrid y Barcelona, capaz de alcanzar los 300 kilómetros por hora. En su lugar, España y Portugal potenciarán un tren que circule rápido, pero no tan rápido: ahora se habla de un "tren de velocidad alta" que se aproximará más a los 200 kilómetros por hora. "Hemos de acordarnos que el tren que va de Madrid a Sevilla tiene esa velocidad, ya que se construyó hace 20 años", revela una fuente gubernamental.
Para ello, Fomento, que en 2013 reducirá su inversión un 22%, tiene claro que lo prioritario es la financiación de la obra. En espera de que aclare de dónde sacará el dinero, parece claro que Ana Pastor fía esta apuesta a la recuperación económica, que muchos dirigentes populares fechan con desgana a finales de 2013 y principios de 2014. El resto lo pondrán los fondos de la Unión Europea, además de Portugal y España. En Fomento se comenta que hay "financiación reservada" para sufragar exclusivamente este proyecto. Lo que no se sabe es cómo Pastor ha logrado convencer a sus homólogos lusos (mantiene conversaciones con el Ministerio de Economía y con la Secretaría de Estado de Transportes del país vecino) para recuperar el AVE ibérico.
Movimientos cautelosos
De hecho, en las últimas semanas ha habido movimientos cautelosos que apuntaban al encauzamiento del AVE hispano-luso tras haber sido dado por muerto. Por ejemplo, la semana pasada la Junta de Extremadura reveló con la boca pequeña (lo hizo el consejero de Fomento Víctor del Moral a través de la red social twitter) que el Gobierno portugués ultima la licitación para el año que viene del tramo Évora-Caya del Eje-16, que conecta el puerto de Sines con Badajoz, una obra cuyo coste se elevaría a los 607 millones de euros.
También ha habido movimientos en foros empresariales relacionados con el transporte. Cuenta un consultor que un alto cargo de la Junta de Extremadura explicaba en petit comité hace dos semanas que "el transporte de mercancías por alta velocidad se podrá contemplar en Badajoz a partir del año que viene o, a más tardar, en 2014". Como es evidente, el gobierno de Monago apuesta fervientemente por la alta velocidad, lo que le ha valido no pocas críticas de regiones vecinas, las cuales argumentan que España es el segundo país del mundo en kilómetros de alta velocidad y que el país no puede seguir destinando más recursos al AVE.