La banca de inversión internacional ha seguido con mucho interés el desarrollo de los acontecimientos en Cataluña, en especial a partir de una Diada del 11-S que derivó en un claro posicionamiento a favor de la independencia por parte del president de la Generalitat, Artur Mas. Tal como informó Vozpópuli, el análisis de los brokers ha sido duro con esta intentona, por la capacidad de interferir en los mercados y por el elemento de distorsión que genera en las relaciones de España con sus socios europeos. Tras los comicios del 25 N, insisten: “prevemos que seguirá el ruido secesionista”, por lo que no volverán los inversores de momento.
De los primeros en salir a la palestra han sido los americanos de Bank of America/Merrill Lynch, que aseguran que los resultados “generarán tensión entre el Gobierno español y el resto de miembros de la Eurozona”. Teniendo en cuenta que España está aguardando un rescate para la recapitalización de la banca, estas tensiones contribuirán a “aumentar la incertidumbre sobre la solvencia tanto de Cataluña como del resto de España”.
El firma financiera recuerda que “las elecciones en la región sirvieron a los inversores para descontar un retraso en la solicitud de ayuda de España”, alertando ahora que “será muy difícil que los inversores internacionales regresen al mercado de deuda pública en el primer trimestre del año si continúa la disputa entre el Gobierno central y regional”.
Lo malo es que el Ejecutivo ha visto incrementadas sus necesidades de financiación debido, precisamente, a la implementación de un fondo de rescate para las autonomías, como puede verse en la imagen de abajo.
Por su parte, Credit Suisse da un palo a Artur Mas, titulando que “ha perdido su apuesta”, aunque recoge con preocupación que el verdadero ganador de estas elecciones ha sido Esquerra Republicana. La entidad suiza recuerda que el presidente catalán estaba moderando su discurso, pero ahora necesita ayuda de los independentistas, algo que “significa que los mercados financieros deberán seguir descontando ruido secesionista”.
Una situación difícil ya que, como destacan en Merrill Lynch, Cataluña necesita sacar adelante su Presupuestos de 2013. Pero, según ha quedado conformado el arco parlamentario, “no vemos a ningún partido apoyando las medidas del Gobierno catalán”. Por un lado, “los partidos centralistas (PP, PSC y Ciutadans) rechazan la propuesta secesionista de Mas y por otro, los partidos separatistas están en contra de los recortes”.
Un complicadísimo encaje electoral que ya ha sido detectado por los grandes creadores de opinión entre la comunidad financiera. Recortes, secesión y rescate autonómico constituyen unos componentes totalmente incompatibles, que tal vez hagan obligatorio que la consulta popular deba ser metida en el congelador, tal como dijo Oriol Pujol ayer mismo.