La ampliación del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas comienza a dar sus primeros pasos firmes, más de un año después de su anuncio a cargo del entonces titular del Ministerio de Fomento, Íñigo de la Serna. AENA ha puesto en marcha las actuaciones para encargar la gestión del proyecto, dirección de obra y asistencias técnicas respecto a la expansión de la Terminal 4 (T4) y su satélite (T4S), el principal componente del plan director 2017-2026 de la infraestructura, tras una etapa de transición tanto en el Gobierno como en la propia compañía.
El gestor aeroportuario, controlado al 51% por el Estado, ha procedido a licitar los citados servicios, valorados en cerca de 29 millones de euros, impuestos excluidos, que adjudicará a lo largo del verano a través del sistema de subasta electrónica empleado habitualmente por AENA.
A comienzos de 2018, el Gobierno de Mariano Rajoy anunció notables actuaciones en el ámbito aeroportuario después de un ejercicio 2017 que se había cerrado con un espectacular récord histórico de pasajeros. Entre ellos, destacaban los planes directores de los dos principales aeropuertos (Adolfo Suárez Madrid-Barajas y Josep Tarradellas Barcelona-El Prat) y también el desarrollo inmobiliario de los suelos en el entorno de ambas infraestructuras.
A diferencia de esta última actuación, en la que sí se han ejecutado diversas actuaciones previas destinadas a valoraciones de activos y planes económico-financieros, el plan director de Barajas, destinado a llevar al aeropuerto madrileño a su mayor transformación desde la construcción de la T4, se vio inmerso en la vorágine provocada por el cambio de Gobierno que tuvo lugar poco más de dos meses después del citado anuncio de De la Serna, al triunfar la moción de censura promovida por el hoy presidente del Ejecutivo en funciones, Pedro Sánchez.
Efecto del cambio de Gobierno
El relevo en Moncloa también desencadenó cambios en la presidencia de AENA, a la que accedió su actual titular, Maurici Lucena, en sustitución de Jaime García-Legaz, que había logrado aprobar in extremis el plan estratégico de la compañía poco antes de tener que abandonarla.
Este plan no sufrió modificaciones, así como las actuaciones anunciadas con anterioridad. Sin embargo, la transición sí afectó a los ritmos. Sin ir más lejos, los planes originales contemplaban que las obras para la ampliación de Barajas se iniciaran a comienzos del presente ejercicio, previa licitación de los contratos de carácter técnico.
Uno de los principales objetivos del plan director del aeropuerto madrileño es incrementar su capacidad máxima hasta alcanzar los 80 millones de pasajeros, frente a la de 70 millones que tiene desde que se puso en servicio la T4. En total, más de 1.700 millones de inversión, que tienen a la moderna terminal como foco de actuación.
En concreto, un total de 640 millones de euros para convertir algo más de 135.000 metros cuadrados en nuevas instalaciones, que permitirán adecuar el tamaño del aeropuerto a las nuevas necesidades generadas especialmente por el incremento de pasajeros y por el aumento de la cifra de los llegados desde el exterior.
También hay una partida de algo más de 230 millones de euros destinada a las terminales antiguas.
Camino de nuevos récords
Recientemente, AENA revisó al alza, hasta el 3,7%, su previsión de incremento de número de pasajeros para 2019, que contemplaba una prudente estimación del 2% debido a condicionantes como haber marcado récords históricos durante dos años consecutivos y la recuperación de algunos destinos turísticos, cuya crisis habían beneficiado notablemente la actividad de los aeropuertos españoles.
En los cinco primeros meses del año, los aeropuertos de la red de AENA han registrado 100,64 millones de pasajeros, un 5,6% más que en el mismo periodo de 2018. Por su parte, la evolución del tráfico en Barajas ha sido muy similar, con un incremento de usuarios del 5,9%. Cifras que apuntan hacia un nuevo hito histórico al cierre del año.