Air France reaccionó este martes al anuncio del Gobierno francés sobre la imposición a partir del año próximo de una ecotasa a todos los vuelos que despeguen de los aeropuertos del país, y denunció que según sus cálculos le costará más de 60 millones de euros anuales.
"Este nuevo impuesto penalizaría fuertemente la competitividad de Air France cuando la compañía necesita reforzar sus capacidades de inversión para acelerar la reducción de su huella medioambiental, sobre todo con la renovación de su flota", señaló en un comunicado.
A ese respecto, hizo notar que un 50% de sus vuelos salen desde aeropuertos franceses, de forma que se verían gravados por esa ecotasa, que afectaría sobre todo a su red de vuelos interiores, en la que el pasado año perdió más de 180 millones de euros.
350.000 empleos
También recordó que su actividad supone el 1,1% del producto interior bruto (PIB) francés, que de ella dependen 350.000 empleos inducidos y que en la región de París ninguna otra empresa privada tiene tantos trabajadores. Air France subrayó que Francia ya es uno de los países europeos con mayor fiscalidad en el transporte aéreo.
La ministra francesa de Transportes, Elisabeth Borne, indicó que ese nuevo impuesto se aplicará desde 2020 a todas las compañías que vuelen desde Francia será progresivo.
El mínimo será de 1,5 euros por billete para trayectos a otros destinos en Francia o en Europa en clase turista y el máximo de 18 euros para las líneas intercontinentales en clase ejecutiva. El Gobierno calcula que recaudará 180 millones de euros anuales que dedicará a inversiones en infraestructuras de transportes que considera más ecológicas, principalmente ferroviarias.
Innovaciones rompedoras
Para Air France, esa decisión es "incomprensible" porque ese dinero servirá para financiar modos de transporte "competidores" y no para medidas de transición energética en el sector aéreo como podrían ser "biocarburantes sostenibles" o "innovaciones rompedoras".
Además, se quejó de que los más 60 millones que le costará esa ecotasa equivalen a las medidas que se tomaron para reforzar a las aerolíneas francesas frente a las extranjeras.
El grupo franco-holandés Air France-KLM del que forma parte la aerolínea tiene como principales accionistas al Estado francés y al belga, con un 14 % cada uno, seguidos por Delta Airlines (8,8 %) y China Eastern Airlines (8,8 %).
Sus acciones sufrieron un importante retroceso tras el anuncio del Ejecutivo y perdían un 3,13 % a una hora del cierre de la Bolsa de París.