La banca dispara el coste de cambiar las condiciones de las hipotecas. En plena discusión con el Gobierno para proteger del rally del euribor y de la crisis de precios a los hipotecados más vulnerables, las entidades han encarecido casi un 40% el precio de las renegociaciones de los préstamos para adquirir viviendas. El tipo medio de interés aplicado a los clientes para modificar las condiciones pactadas ha subido al 2,15% desde el 1,56% de hace un año, con lo que se desincentiva el traspaso de hipotecas variables a tipo fijo para cubrirse del meteórico ascenso del euribor.
El índice al que están referenciadas la mayoría de las hipotecas variables en España ha escalado de forma incesante desde que el Banco Central Europeo (BCE) inició la subida del precio del dinero en julio para atajar la inflación. El euribor a doce meses cerró octubre en máximos desde diciembre de 2008, por encima del 2,6%, lo que se traducirá en un encarecimiento de la cuota hipotecarias de más de 200 euros. Pero el ascenso del euribor parece no tener fin y se espera que se sitúe en el 3% en 2023, como estima el servicio de estudios de Bankinter.
Ante esta previsiones, y con el BCE pisando más a fondo el acelerador de los tipos en los próximos meses, la renegociación de la hipoteca con el banco se convierte en una alternativa crucial para ajustar el presupuesto de las familias con niveles de inflación cercanos a doble dígito, ya sea cambiando el tipo de variable a fijo o rebajando el diferencial al que se vincula el euribor.
De hecho, los banqueros admiten que los clientes cada vez preguntan más por las posibilidades de cambiar las condiciones de sus préstamos, aunque los elevados tipos frenan el trasvase de una modalidad a otra.
El tipo de interés TEDR, que equivale a la tasa anual equivalente TAE pero sin incluir todas las comisiones, de las nuevas renegociaciones alcanzó ya el 2,15% en septiembre, según los últimos datos disponibles del Banco de España. Se trata de un máximo de más de tres años, cuando en junio de 2019 se situó en el 2,27%. El encarecimiento ha sido progresivo en los últimos ocho meses y de romper la franja del 2,3% habría que remontarse a inicios de 2015 para ver niveles similares.
A este tipo efectivo habría que añadir otras comisiones que se suelen aplicar en las renegociaciones, como las que se pagan para la novación del préstamo y que pueden alcanzar hasta un 1% del capital pendiente de amortizar. También habría que sumar los gastos de notaría, gestoría y de registro, entre otros costes.
La subida del precio de las renegociaciones se produce en medio de las conversaciones con el Gobierno para aliviar la cuota hipotecaria a los colectivos vulnerables. La banca ha planteado al Ministerio de Asuntos Económicos ampliar hasta cinco años el plazo de las hipotecas a las familias vulnerables, pero solo en los casos en los que las cuotas se encarezcan al menos un 30% tras la revisión del euribor y siempre que los ingresos del domicilio se limiten a 24.318 euros al año.
La banca ajusta su oferta de hipotecas
Con el nuevo escenario de tipos en Europa, los bancos están ajustando su oferta comercial en hipotecas. Santander acaba de rebajar al 0,69% desde el 0,87% el diferencial que aplica a los créditos variables, mientras que ha encarecido al 4,49% desde el 3,49% el precio de las hipotecas a tipo fijo. En cualquier caso, la concesión de hipotecas se concentra en el interés invariable para protegerse de la subida del precio del dinero: suponen más del 70% de los nuevos préstamos para vivienda, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) del mes de agosto.
La lucha por captar negocio se intensificará en los próximos meses a medida que la actividad se resienta por la inflación y la incertidumbre. Las entidades ya detectan un parón en la demanda de las hipotecas, que está por ver si irá a más ante la amenaza de recesión económica.
Aunque el fantasma que quiere evitar a toda costa el BCE es el de la inflación estructural. "Si queremos mejorar las perspectivas de crecimiento, es muy importante abordar la inflación. Si no reducimos la inflación, la situación será mucho peor", defendió Luis de Guindos, vicepresidente del banco central, en una reciente entrevista.