El Banco Central Europeo (BCE) teme que los beneficios récord de los bancos sean insostenibles. El supervisor único ha lanzado inspecciones in situ en las entidades financieras de la zona euro tras detectar que han reforzado su rentabilidad por subir más rápido el interés de los créditos que el de los depósitos.
En pleno ciclo alcista de los tipos de interés, anclados en máximos de hace 22 años, el BCE quiere cerciorarse de que la estrategia de los bancos para gestionar el activo y el pasivo es sostenible a largo plazo. Y más ahora que el banco central apunta a junio como la fecha clave para empezar a bajar el precio oficial del dinero.
“En general, la remuneración de los depósitos tiende a responder con cierto retraso a los aumentos de los tipos de interés. Esta tendencia ha reforzado en los últimos meses la rentabilidad y la resiliencia de los bancos europeos, ya que los tipos de interés de los préstamos se han ajustado más rápidamente que los de los depósitos”, constata Claudia Buch, jefa de supervisión del Eurobanco, en una misiva en respuesta al eurodiputado griego Dimitrios Papadimoulis.
Control de las políticas sobre el activo y el pasivo
La jefa de supervisión, que se impuso contra el criterio del Parlamento Europeo a Margarita Delgado, especifica que los supervisores están desarrollando revisiones e inspecciones in situ para medir la liquidez y los planes de financiación de los bancos, así como para conocer de primera mano sus “prácticas en la gestión del activos y del pasivo”, como fija el supervisor en su agenda de prioridades.
"Los bancos españoles están a la cola en remunerar los depósitos de las familias. Mientras que han subido las hipotecas hasta niveles cercanos al precio oficial del dinero
Papadimoulis preguntaba a Buch si consideraba que existe margen para que los bancos griegos suban la remuneración de los depósitos ante la mejora de los ratios de liquidez y de rentabilidad del sector. Los bancos griegos están a la cola en Europa en el pago del producto estrella de ahorro, al remunerar a las familias con un 1,83%, frente al 3,2% de la media de la zona euro.
En España, los bancos se sitúan también entre los que menos pagan del Viejo Continente, sólo superados por Grecia, Chipre, Eslovenia y Croacia. El tipo medio ponderado que se aplica en los nuevos depósitos en España alcanza el 2,38% en enero, según los registros oficiales del BCE, frente al 2,58% que rentaban en diciembre. Un movimiento a la baja que anticipa el primer recorte de los tipos en Europa.
Diferencias
El tipo de la facilidad de depósito, que determina el interés que las entidades reciben por sus depósitos a un día en el banco central, está en máximos históricos, en el 4%. Por el lado del activo, los bancos españoles acercan más el precio al que conceden hipotecas al precio oficial del dinero (4,5%), con un tipo medio TEDR, que no incluye las comisiones, del 3,70%.
“Desde un punto de vista prudencial, este fenómeno puede tener implicaciones para la sostenibilidad de las ganancias de los bancos, sus perfiles de liquidez y financiación, y la gestión de riesgos de tipos de interés en sus carteras”, advierte la jefa de supervisión al eurodiputado griego.
"El BCE descarga la responsabilidad sobre si el interés del depósito es competitivo en las autoridades nacionales como la CNMC en España
En la carta de respuesta, la jefa de supervisión del BCE deja claro que el banco central no se puede meter en la política comercial de cada entidad. Y apunta a las autoridades de competencia y protección del consumidor para garantizar que la competencia en depósitos “no se vea perjudicada”.
En España, precisamente, la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia (CNMC) investiga a los grandes bancos por el retraso en el pago de los depósitos y si tiene influencia el impuestazo.
Aún así, tanto Christine Lagarde como Luis de Guindos, presidenta y vicepresidente del BCE, respectivamente, han reprobado al sector bancario español varias veces en público por el bajo interés en los depósitos.
Ayer, en una entrevista en el diario británico Financial Times, Buch avisó de que las expectativas de los mercados que apuntan a un aterrizaje suave de la zona euro no descuentan plenamente los riesgos geopolíticos y estructurales que se avecinan y sus efectos en las economías y los bancos. Por este motivo, instó a garantizar que el sistema sea lo suficientemente resistente y a las entidades a reforzar sus niveles de capital para afrontar futuros shocks.