Banca

Unicaja: la presa a la que aguardan Santander, BBVA y Sabadell

El nuevo CEO tiene que darle la vuelta al negocio para hacer rentable a la entidad. El tiempo juega en su contra, con los tipos de interés cerca de empezar a bajar.

  • Sede de Unicaja.

Los grandes bancos se relamían ante la lucha de poder en Unicaja. Dos años de guerra abierta entre el bando asturiano procedente de la integración de Liberbank y el malagueño pusieron en alerta a los equipos de fusiones de Santander, BBVA y Sabadell, que ya hacían números ante una crisis de gobernanza y la presión del Banco Central Europeo (BCE).

La salida de Manuel Menéndez y el ascenso de Isidro Rubiales como nuevo CEO han calmado las aguas en la entidad andaluza, pero el reto ahora es enderezar el negocio y mejorar la rentabilidad para evitar que acabe cayendo en las redes de una de las grandes entidades del país.

El triunfo del bloque andaluz en la batalla para controlar Unicaja se consumó a finales de septiembre. Isidro Rubiales, mano derecha de Manuel Azuaga (presidente del banco que prepara su salida para esta primavera), tomó el mando como consejero delegado con plenos poderes ejecutivos. El reto es mayúsculo: retomar el modelo de gestión previo a la fusión con Liberbank en 2021 y evitar a toda costa las fusiones para mantenerse en el mapa bancario como entidad en solitario.

"Ninguno de los accionistas del bloque malagueño respaldaría ahora una fusión tras recuperar el mando en Unicaja

El histórico banquero de la casa, muy cercano a Azuaga, tiene el respaldo de la Fundación Unicaja, el máximo accionista del banco con algo más del 30%, y su principal valedor para su ascenso a CEO. También cuenta con la confianza de los otros dos accionistas de referencia: los dueños de Mayoral (que tienen un 8,5%) y el empresario Tomás Olivo. Este último aprovechó la salida del mexicano Ernesto Tinajero, próximo a Liberbank, para reforzar su posición en Unicaja por encima del 9%.

El riesgo de perder la marca Unicaja

Ninguno de los accionistas malagueños (la Fundación, los dueños de Mayoral y Olivo) apoyaría en estos momentos una fusión con otro banco tras recuperar el mando. Hay que tener en cuenta que una posible operación sería más bien una compra por parte de uno de los grandes y provocaría la pérdida de la marca Unicaja, como señalan fuentes próximas al banco.

Con el cese de Menéndez, el fondo Oceanwood, uno de los principales apoyos del exconsejero delegado de Liberbank, vendió toda su participación y salió del consejo, donde contaba con una representante dominical. Este fondo fue uno de los principales valedores de la fusión con Unicaja, con varios intentos. También propuso de forma informal al máximo órgano de gobierno explorar nuevas integraciones con otros competidores, como Ibercaja, según fuentes conocedoras. Pero la Fundación se opuso a estos movimientos para conservar los lazos andaluces del banco y evitar una nueva guerra de poder.

Apetito de los grandes bancos

Entre las grandes entidades se jugaba al despiste mientras se intensificaba la guerra de poder. En público, la mayoría rechazaba de plano una fusión, aunque lo cierto es que la posibilidad de una operación corporativa no se descartaba. Sin ir más lejos, por citar un ejemplo caro, una veintena de especialistas del equipo de banca de inversión de BBVA llegó a seguir la retransmisión de los resultados del primer semestre de Unicaja el pasado mes de julio, según fuentes conocedoras. Una muestra contundente de que los grandes bancos permanecían atentos ante la posibilidad de lanzarse a por la entidad andaluza.

Incluso en público algún ejecutivo bancario se salió de la habitual ambigüedad para dejar la puerta abierta a estudiar una eventual operación corporativa. Este fue el caso de Héctor Grisi, consejero delegado de Santander, quien fue el más contundente y llegó a abrirse a comprar bancos en España tras ser preguntado directamente por Unicaja.

Baja rentabilidad

Al margen de los apoyos del capital, Rubiales no lo tendrá fácil para que Unicaja siga en solitario. Los expertos apuntan a que la entidad está abocada a explorar fusiones por sus bajos niveles de rentabilidad pese a los ingresos extra por el ciclo histórico de subidas de tipos por parte del BCE.

La entidad tiene una ratio de rentabilidad sobre recursos propios (conocidas como ROE) por debajo del 5%, lejos tanto de la media del sector bancario en España como de cubrir el mínimo exigido por los inversores. Presenta una ROE del 4,6%, según estimaciones de la consultora Alvarez & Marsal en un informe para examinar al 'top 10' de la banca española.

La rentabilidad media de los diez principales bancos (CaixaBank, Santander, BBVA, Sabadell, Bankinter, Abanca, Unicaja, Kutxabank, Ibercaja y Banco de Crédito Cooperativo) en sus negocios en España alcanza el 10,03%, con datos del segundo trimestre de este año, según el citado informe.

La rentabilidad de Unicaja está muy por debajo del coste de capital, conocido en el argot financiero por sus siglas en inglés CoE. Se trata de una variable clave para analizar la viabilidad del negocio bancario y se estima en una horquilla de entre el 10% y el 12% para la actividad en España. Esta métrica será la que mida la capacidad de Rubiales de lograr un camino independiente o, si por lo contrario, se convierte en un CEO de transición para el aterrizaje de otro banco.

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