Las dudas por la presión política se ciernen sobre el banco malo. El Frob, el fondo de rescate español, acaba de tomar el control de la Sareb, en donde las cajas de ahorros rescatadas aparcaron los activos tóxicos de la crisis inmobiliaria. Aún tiene que liquidar casi el 60% de la cartera heredada y la cúpula considera un reto mayúsculo deshacerse de los activos antes del límite de 2027, sobre todo por las posibles reticencias del Gobierno a venderlos a precios bajos, según fuentes conocedoras consultadas por Vozpópuli.
La Sareb nació en 2012 con casi 200.000 préstamos e inmuebles de las antiguas cajas. Conserva en su balance activos por valor de casi 29.000 millones de euros, de los que algo más del 50% son inmuebles y el resto préstamos a promotores con garantías inmobiliarias. Se estima que tiene por vender unos 40.000 pisos, además de suelo y locales comerciales. Se trata de los peores activos, lo que implicará grandes descuentos, según anticipan los expertos del sector financiero.
La sombra de Indra sobrevuelva sobre el banco malo tras el asalto del Gobierno a la tecnológica. La injerencia política ha quedado demostrada con el cambio de cúpula de Indra y el cese de cuatro consejeros independientes. Y existe cierto temor a que el control del Estado sobre la gestión pase factura al banco malo.
De momento, se ha descartado dar más plazo para liquidar la Sareb. Los bancos no podrán activar sus activos fiscales diferidos hasta que desaparezca la sociedad"
El nuevo consejero delegado de Sareb, Leopoldo Puig, es consciente de que acelerar las ventas de los activos inmobiliarios será difícil en sólo cinco años, cuando se cumple el plazo para liquidar la sociedad. Además, la incertidumbre sobre la economía y el impacto en el apetito inmobiliario puede jugar en su contra. Con la toma de control del Estado, se debatió si ampliar el límite más allá de 2027, pero finalmente se descartó porque, entre otras razones, los bancos no pueden activar los activos fiscales diferidos (DTA) hasta que se liquide la sociedad.
Las entidades han generado estos DTA por el deterioro de su inversión, que tienen provisionada al 100% y con un valor en libros de cero euros. Estas dotaciones aún no se descuentan de su base imponible actual y genera un derecho fiscal diferido que rebajaría su factura de impuestos en el futuro.
Deuda del banco malo
La venta de la herencia de las cajas es clave para que el banco malo devuelva la deuda del Estado emitida para comprar los activos inmobiliarios. Tiene por cancelar todavía casi 34.000 millones. Estos bonos con aval del Estado se contabilizan desde hace meses como deuda pública por obligación de Bruselas, lo que precisamente fue lo que promovió la toma de control del Frob.
El banco malo acumula pérdidas año tras año desde su creación en 2012. En las últimas cuentas publicadas, las de 2021, pulverizó números rojos al perder más de 1.600 millones de euros. Fueron un 51,5% superiores a los del ejercicio precedente.
La Sareb está en plena migración de datos a los nuevos servicers. La sociedad rompió a inicios de años con Servihabitat, Solvia, Altamira y Haya Real Estate, las cuatro plataformas que comercializaron sus activos inmobiliarios desde su nacimiento hace nueve años. Como medida para ahorrar costes, el banco malo contará a partir de ahora con sólo dos servicers: Anticipa-Aliseda, controlada por Blackstone, y Hipoges (KKR).
De hecho, esta fue la principal labor que hizo Javier García del Río, que estuvo al frente de la sociedad durante los dos últimos años hasta que el Estado se hizo con la mayoría del accionariado. La migración de datos suele ser un proceso complejo y será de los primeros retos que afronte el nuevo consejero delegado del banco malo.