Bankia trabaja en una de las mayores desinversiones desde que tomó el timón del grupo José Ignacio Goirigolzarri. La entidad nacionalizada estudiando la venta de una cartera de activos problemáticos valorada en 1.000 millones de euros, la mayor desde 2015, según fuentes financieras consultadas por Vozpópuli.
Los equipos del banco todavía no han definido el perímetro exacto de la cartera ni han elaborado junto a un asesor la documentación de la venta. La idea es que el proyecto vea la luz en verano y se cierre durante el último trimestre del año.
La venta tendrá pisos y créditos inmobiliarios heredados de las antiguas cajas de Bankia y también de BMN, el grupo con el que se fusionó a finales del año pasado. El aumento del tamaño de la cartera frente a años anteriores responde precisamente a la integración del grupo presidido por Carlos Egea, que sumó 4.400 millones en activos tóxicos, frente a los 12.800 millones de Bankia.
Objetivo estratégico
En el plan estratégico anunciado a comienzos de año, Goirigolzarri remarcó el objetivo de reducir en casi 3.000 millones de euros anuales su exposición a activos problemáticos, desde los 17.200 millones de final de 2017. En el primer trimestre consiguió un saneamiento de 600 millones. Este ritmo, unido a la cartera en la que trabaja, permitiría cumplir la meta de 2018.
Por el momento, Bankia no está trabajando en ninguna operación de varios miles de millones como las que cerraron el año pasado Santander y BBVA, y en la que trabaja Banco Sabadell.
Bankia tiene otras dos carteras en mercado de 400 y 250 millones
En cambio, lo que está haciendo Bankia es poner carteras de entre 200 y 500 millones para maximizar el retorno que obtiene para los accionistas.
Tiene en marcha el 'Proyecto Beetle', con 400 millones en activos problemáticos, y ha sacado recientemente al mercado el 'Proyecto Vera', con 250 millones en fallidos. Además, ha vendido una cartera de 300 millones al fondo GoldenTree Asset Management, según El Independiente.