A dos años del estallido de la pandemia, el Fútbol Club Barcelona sigue atravesando una situación económica delicada. La temprana eliminación de la Champions y, luego, de la Europa League, así como dificultades para cerrar operaciones presupuestadas abocan al club a otro roto de alrededor de cien millones esta temporada -que podrían ser más si el equipo no conserva su segunda posición en el torneo liguero-. El cambio en las reglas del control económico de la Liga, que permitirá diferir en cinco años las pérdidas de la covid, dará oxigeno al club, si bien la patronal cuestiona que el Barça pueda achacar a la pandemia hasta un 60% de sus 481 millones de números rojos en 2021.
Así las cosas, el club trabaja tanto en medidas de respuesta inmediatas como a mayor tiempo vista. Entre las primeras sobresalen las negociaciones con el fondo aliado de La Liga CVC (para unos 270 millones), la posible venta/cesión de parte de la división de negocio multimedia Barça Studios (por entre 50 y 350 millones) y operaciones de traspaso de jugadores (por alrededor de 100 millones). Todas ellas supondrían enajenar parte del capital del club. A largo plazo, emergen la Superliga europea encabezada por Florentino Pérez, la conversión de la institución en Sociedad Anónima Deportiva para permitir la entrada de un gran inversor y/o una eventual salida a bolsa.
"La Superliga europea de clubes garantizará la sostenibilidad económica del club y que continúe siendo de los socios; nunca una sociedad deportiva, nunca", afirmó Josep Maria Bartomeu en su última rueda de prensa como mandatario culé. Por lo pronto, la Ejecutiva de Joan Laporta ha seguido la estela de su antecesora y mantiene su apoyo a la Superliga rupturista, tanto en su discurso político como en la Justicia, a la espera de un fallo este año del Tribunal de Justicia de la UE.
La Superliga europea de clubes garantizará la sostenibilidad económica del club y que continúe siendo de los socios; nunca una sociedad deportiva, nunca"
Conversaciones del Barça con Goldman Sachs
En cualquier caso, el Barça ha de responder también ante el banco de inversiones americano Goldman Sachs, que se ha convertido en su principal acreedor tras prestarle 600 millones a devolver en los próximos diez años. Fuentes cercanas a las partes señalan a Vozpópuli que sobre la mesa de las conversaciones está la posibilidad de que el club se convierta en sociedad anónima deportiva y, eventualmente, salga a cotizar en bolsa.
Las fuentes consultadas hacen hincapié en que un salto al parqué sería la forma más transparente de dar entrada a nuevos inversores sin comprometer el control mayoritario que podría seguir teniendo el club. En la misma línea, inciden en que permitiría compensar de diferentes formas a los socios actuales (por ejemplo, a través de las propias acciones). El valor total del Barça rondaría los 4.000 millones, según Forbes, lo que hace suponer que tendría un hueco en el Ibex 35; en cualquier caso, lo normal sería que saque al mercado menos del 49% de su capital.
Economistas cercanos al Barça corroboran que, sin ser imposible, ven “poco factible” una salida a bolsa por la presión social, si bien fuentes financieras apuntan que es un escenario que no se puede descartar de aquí a unos años
A preguntas de este diario, desde el Barça han negado tajantemente estar explorando cualquiera de estos dos extremos (la conversión en SAD para dar entrada a un gran accionista y/o salir a Bolsa) y han asegurado que es "falso" que sean una opción sobre la mesa de la Junta Directiva.
Economistas cercanos al club corroboran que, sin ser imposible, ven “poco factible” una salida a bolsa por la presión social, si bien fuentes financieras apuntan que es un escenario que no se puede descartar de aquí a unos años. Estos últimos informantes hacen hincapié en que el principal obstáculo que tiene ahora Laporta es la falta de respaldo de los socios para cambiar los estatutos, lo que podría ir mutando si la situación económica no mejora.