Nadia Calviño se resiste a tocar su previsión de crecimiento del 6,5% que todos los organismos económicos han tumbado. En su defecto, la vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital se aferra a un nuevo indicador de actividad diario que elabora su equipo desde hace unos meses, que se aleja de los datos de contabilidad nacional trimestrales que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE) y que no está presente en el Plan Estadístico Nacional.
"El indicador diario de actividad recuperó su nivel precovid en noviembre, manteniendo además su dinamismo durante el cuarto trimestre", destacaba la ministra este martes en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros al hablar de la situación macroeconómica de España. No hizo mención alguna a las previsiones de PIB del Gobierno y deslizó que la mayoría de los organismos económicos prevén un crecimiento medio cercano al 5% en el periodo 2021-2023. Éstos han hundido el crecimiento de este año y reconocen que España será el último país de la UE en superar la crisis. De hecho, el pasado jueves, Calviño hizo suya, en cierto sentido, esta previsión del 5% en Espejo Público, donde dijo que "hablamos de previsiones de crecimiento con tasas medias del 5%, eso es una recuperación robusta y muy fuerte".
Al ser preguntada ayer por este asunto, la ministra Calviño hizo alusión a la "incertidumbre" que se vive por la crisis sanitaria y otros problemas exógenos y, de hecho, aseguró estar "segura" de que "en las próximas semanas seguiremos viendo revisiones al alza y a la baja". Está previsto que el Instituto Nacional de Estadística (INE) publique el dato confirmado de PIB del tercer trimestre la próxima semana. Y según adelantó a analistas y al propio Ministerio en una reunión extraordinaria, baraja revisarlo al alza.
El INE avanzó a finales de octubre que la economía española sólo creció un 2% en el tercer trimestre del año por la mala evolución del consumo privado, que supone más algo más de la mitad del PIB. Este rebote se antojó moderado con el fin de las restricciones y la recuperación del turismo. "Lo importante es que no sea un rebote, sino una recuperación sostenida en el tiempo, y eso es lo que prevén todos los organismos", defendía Calviño este martes esquivando toda posibilidad de revisar a la baja sus cifras y apoyándose en la buena evolución del empleo, la recaudación o la inversión.
Un indicador creado por el Ministerio
Por el contrario, el Gobierno difunde los datos positivos de su propio indicador, que la ministra utilizó por primera vez el 21 de septiembre, en una rueda de prensa tras el Consejo de Ministros en la que presentó de improviso el cuadro macro que acompaña a los Presupuestos de 2022, tres semanas antes de que se aprobaran las Cuentas. En un tono triunfal, Calviño no se movió de su discurso de antes del verano, estimó que la economía recuperaría el nivel prepandemia antes de final de año y mantuvo en el 6,5% su previsión de crecimiento. La vicepresidenta adelantaba así en algo más de medio año la salida de la crisis respecto al resto de instituciones. Sorprendió entonces la mención que hizo a que en realidad esta recuperación sería en términos de "PIB diario", un indicador desconocido hasta el momento. Sólo dos días más tarde, el 23 de septiembre, el INE rebajó casi dos puntos el PIB del segundo trimestre al 1,1%.
A partir de entonces, se han sucedidos las rebajas de previsiones para España por parte del FMI, la Comisión Europea y la OCDE, entre otros organismos y centros de estudios.
En junio de 2020, tras la primera ola de coronavirus, el Gobierno adjudicó un contrato por casi 80.000 millones a una startup española llamada CartoDB para diseñar un panel de indicadores de alta frecuencia que permitieran a la Dirección General de Análisis Macroeconómico monitorizar a diario la reactivación económica y conocer la evolución de la recuperación. Sin embargo, fuentes expertas en coyuntura consultadas por Vozpópuli destacan que no es una estadística oficial ni tienen correlación con los indicadores tradicionales.
De esta forma, sorprende el hecho de que se utilice este indicador de forma aislada a la Contabilidad Nacional del INE. En esas semanas en las que se fraguaba la cascada de revisiones tras el 'hachazo' del INE al PIB del segundo trimestre, Calviño organizó un seminario y convocó una rueda de prensa en el Ministerio junto al comisario europeo Paolo Gentiloni y al propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para abordar la necesidad de desarrollar nuevos indicadores económicos y aseguró que el PIB es un indicador útil pero insuficiente para dar la medida exacta de los recursos y la capacidad de la economía de un país, instando a revisar y ampliar las métricas.
El evento se denominó Monitoring the Recovery: Beyond GDP, y se adscribía a la estela del grupo de expertos de alto nivel formado por Joseph E. Stiglitz, Jean-Paul Fitoussi y Martine Durand, que ha publicado en la OCDE Beyond GPD: Measuring What Counts for Economic and Social Progress. En el evento que organizó Calviño, también intervinieron Stiglitz, el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, y la vicepresidenta y economista jefe del Banco Mundial, Carmen Reinhart.
Horas antes de este evento en aras de mediciones alternativas, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, anticipaba que harían "una revisión significativa a la baja" de sus previsiones, que finalmente se conocerá este viernes. Mientras tanto, Calviño desvía el foco de los indicadores tradicionales hacia los suyos propios -basados, entre otros, en los datos de movilidad de los ciudadanos, su gasto con tarjetas bancarias y los flujos de afiliación a la Seguridad Social- para asegurar que España avanza a paso firme, con una recuperación "fuerte, sólida y sostenida".