La curva de tipos de interés de Estados Unidos (que representa sobre un eje de tiempo los tipos de interés que 'paga' la deuda desde el corto hasta el largo plazo) se ha invertido por primera vez en diez años, un acontecimiento que se interpreta como la primera alerta de que una recesión está cerca.
Esta lectura se debe a que, siempre que en la historia se ha producido este fenómeno, ha sido un preludio de una caída bursátil que ha precedido a una fuerte ralentización económica o, en la mayoría de los casos, a una recesión en Estados Unidos que se ha contagiado al resto de economías del planeta.
El hecho de que se invierta la curva de tipos es un fenómeno anómalo, ya que lo natural es que la deuda a corto plazo pague un cupón muy inferior al de la de largo plazo y que, por tanto, la curva sea creciente o ascendente (porque es más sencillo conocer la situación financiera que tendrá el emisor de la deuda en un mes que en diez años, así que al ser el riesgo menor el tipo de interés lo es también).
Sin embargo, ha habido veces en la historia en que la curva se ha aplanado (primero) y se ha invertido (después), como ocurrió en la crisis de 2008.
El 5 de diciembre de 2018, la curva de tipos estadounidense se invirtió y sonaron las alarmas, pero si se mira el histórico es posible apreciar que este movimiento del mercado no es inmediatamente anterior al crash, sino que da el margen suficiente para que se puedan intentar mitigar o evitar las caídas.
La media de tiempo transcurrido desde la primera inversión de la curva hasta la recesión es de 627 días, según Bloomberg
En el contexto actual, si se presta atención a esta advertencia de la curva, habría margen para evitar la próxima recesión, por ejemplo si la Reserva Federal de EEUU -máximo organismo de política monetaria- lleva a cabo una subida de los tipos de interés a largo plazo o una bajada de los de corto plazo, con lo que reinvertiría de nuevo la curva.
La opción más probable, según el consenso del mercado, es por el contrario que la curva se quede en negativo y sea un anuncio definitivo de la recesión, agravada por las tensiones comerciales y por el poco margen de maniobra que tiene Donald Trump para aprobar medidas de estímulo económico tras las elecciones de medio mandato.
Septiembre de 2020, la fecha del crash
Si se acepta ese escenario (que la inversión de la curva está avisando de una nueva recesión) lo más importante es saber cuándo se producirá.
"La media de días transcurridos desde la primera inversión de la curva hasta la recesión es de 627. En otras palabras: si se aplica la media histórica, la economía norteamericana entraría en recesión en septiembre de 2020, ya que la curva 'tocó' zona de inversión el día 5 de diciembre de este año y la confirmó claramente el día 20 cuando el diferencial entre el Libor a tres meses y el bono a diez años se volvió negativo", explica Víctor Alvargonzález, experto en inversión y asesoramiento financiero, a partir de datos de Bloomberg.
Aunque la media es de casi dos años, el caso en el que más corto ha sido este periodo de aviso fue en la crisis de 1981, cuando pasaron 293 días desde que la curva se invirtió en septiembre de 1980 hasta que se produjo el crash, por lo que en el peor de los casos quedarían aún nueve meses de calma.
En la última crisis, la de 2008, la curva de tipos se invirtió el 27 de diciembre de 2005 y casi dos años después (704 días) se desplomó Wall Street y la economía estadounidense entró en recesión (caída del PIB del -0,1% en 2008 y del -2,5% en 2009).
La anterior hecatombe de los mercados, la que se produjo con la burbuja de las 'puntocom' a principios de siglo, contó aún con más margen de aviso, ya que la curva se invirtió en marzo de 1998 y el mercado cayó casi tres años después (1.073 días más tarde). En esa ocasión la economía estadounidense no entró en recesión, pero sí se ralentizó de un crecimiento del 4,1% del PIB a uno del 1% en un año, mientras que el PIB per cápita pasó del 21,5% al 5,4%.
El experto apunta, no obstante, que incluso cuando la Fed ha intentado evitar una recesión, bajando o manteniendo los tipos después de que se invierta la curva, la crisis ha terminado llegando, pero sí se ha conseguido retrasarla.