El magnate Elon Musk, propietario único de Twitter, ha informado a los empleados de la plataforma que no puede descartarse la bancarrota de la compañía, según aseguran la agencia 'Bloomberg' y otros medios económicos. Asimismo, ha querido aclarar que el teletrabajo se ha terminado para los empleados de la compañía y que deben volver a las oficinas, señala EFE.
"La declaración de bancarrota no puede descartarse", ha señalado en una reunión presencial con el personal de la sede central en San Francisco, a quienes reiteró que el teletrabajo se ha terminado y que deben volver a las oficinas, bajo pena de ser despedidos.
En este ambiente de incertidumbre, varios directivos de la compañía siguen abandonando sus cargos, entre ellos Yoel Roth -que en la última semana figuraba como estrella emergente de Twitter y al que el propio Musk citó con frecuencia en sus tuits- y Robin Wheeler, según la misma agencia, que cita fuentes que pidieron el anonimato.
Roth y Wheeler habían acompañado a Musk en sus primeros pasos en Twitter como propietario único y le habían ayudado, a través de tuits que Musk después retuiteaba, a perfilar una nueva política de moderación de contenidos que tenían como propósito tranquilizar a los usuarios, pero sobre todo a los anunciantes, fuente principal de ingresos de la red del pajarito.
Despidos tras la compra de Elon Musk
Estos dos nombres se suman a los abandonos de otros ejecutivos conocidos horas antes: Lea Kissner, Damien Kieran y Marianne Foggerty, que pasaban por ser los máximos responsables de las unidades de seguridad para los usuarios y que supuestamente dejaron la empresa en las últimas horas (solo Kissner lo ha reconocido en su propia cuenta en la red). El diario 'New York Post' no duda en calificar lo sucedido de "abandonos de un barco que naufraga".
Los anunciantes, por su parte, no acaban de ver claro los planes de Musk y han sido varios los que por prudencia han retirado su publicidad de la red hasta tener una idea del futuro de la plataforma.
Musk, que el pasado viernes dijo que la compañía perdía cuatro millones de dólares diarios y este viernes admitió que vendió 19,5 millones de acciones (por casi 4.000 millones de dólares) de su empresa Tesla de automóviles eléctricos para "salvar" Twitter, ya no parece tan seguro de poderlo lograr.
Pago por cuentas verificadas de Twitter
Si el miércoles envió un mensaje a todos los empleados reconociendo que "el panorama económico es alarmante", este viernes les ha indicado que la compañía necesitaba con urgencia convencer a los usuarios para pagar los ocho dólares que se requieren por cuentas verificadas, una idea muy controvertida y que genera polémica en la propia red.
Los anunciantes, por su parte, no acaban de ver claro los planes de Musk y han sido varios -entre ellos General Motors o Volkswagen- los que por prudencia han retirado su publicidad de la red hasta tener una idea del futuro de la plataforma.
La Comisión Federal de Comercio se ha pronunciado este viernes, a través de un portavoz, y ha afirmado que estaban siguiendo de cerca "con profunda preocupación" los últimos acontecimientos en Twitter, recordaron a Musk que "ningún director ejecutivo está por encima de la ley" y que disponen de herramientas suficientes "para asegurar el cumplimiento" de las normativas.