Una vez que se ha convalidado la reforma laboral en el Congreso, además de las negociaciones salariales, el próximo hito que se encuentra el mundo empresarial son los ERTE. Las empresas están inmersas en la adaptación a la reforma, en vigor desde el 1 de enero, que ven compleja, y para lo que tienen un periodo transitorio de entre tres y seis meses en lo que respecta a los contratos. Pero el 28 de febrero vence la última prórroga de los ERTE covid, que se activó el 1 de octubre, y la reforma laboral lleva unos nuevos ERTE que ahora mismo las empresas rechazan.
Por su complejidad, por las complicaciones que prevén que entrañe el cambio de un modelo a otro y porque no hay un periodo transitorio que dé certidumbre. A esto se suma que en general los ERTE covid ofrecen mayores exoneraciones. Patronales, empresas y abogados consultados por Vozpúpuli piden que se prorroguen por lo menos hasta junio. Algunos, incluso, plantean que sigan hasta diciembre.
"Las empresas en ERTE quieren prórroga hasta junio. Enero ha sido muy malo, con restricciones muy duras en Cataluña y otras comunidades, con toques de queda, y ya tenemos este esquema que funciona. Hostelería y turismo así lo ven. En cualquier caso, necesitamos un periodo transitorio y aclaraciones reglamentarias del Gobierno", traslada a este periódico José Luis Yzuel, presidente de Hostelería de España.
En enero han crecido los afectados por ERE covid por primera vez en un año
En enero precisamente han crecido los afectados por ERTE covid por primera vez desde enero de 2021, lo que el Gobierno y desde CEOE atribuyen a ómicron. El mes de enero finalizó con 105.043 trabajadores en ERTE covid, 2.495 más que en diciembre. Hay otros 11.778 trabajadores en ERTE-ETOP, por causas no relacionadas con la pandemia, con una ligera reducción respecto a los 20.124 que existían a 30 de diciembre, concentrándose en el sector industrial, tras el descenso de trabajadores en ERTE que ha experimentado el sector del motor. Laboralistas consultados achacan también el incremento a que las empresas tienden a favorecer las medidas de flexibilidad interna en detrimento del despido.
"Cada vez se están intensificando más en las empresas las consultas alrededor de la viabilidad de extender más allá del próximo 28 de febrero la actual legislación covid-19 en materia de ERTE o, en su defecto, aplicar otras medidas de flexibilidad interna. Especialmente en sectores como el turístico, aeronáutico o transporte", traslada Alfredo Aspra, socio de Labormatters. Además, añade, "la reforma laboral ha traído mucha incertidumbre sobre la aplicación práctica de la nueva medida consistente en la suspensión de contratos y reducción de jornada a través del Mecanismo RED de Flexibilidad y Estabilización del Empleo. Se percibe muy farragosa, lenta y poco predecible”.
En el mismo sentido que Hostelería de España se ha pronunciado la Mesa del Turismo. Pero el vicepresidente ejecutivo de Exceltur, José Luis Zoreda, ha ido más lejos y ha solicitado que se prorroguen los ERTE hasta finales de 2022 y ha demandado apoyar a fondo perdido a empresas para preservar la "solvencia financiera".
Preguntado por si el Gobierno prevé una prórroga, el secretario de Estado de Seguridad Social, Israel Arroyo, ha dicho que se ha producido un pequeño aumento de trabajadores en ERE por la sexta ola que asegura que ya se está reduciendo, y que el Ejecutivo ha tenido en cuenta en la reforma laboral las necesidades de las empresas que ha ido detectando en los dos años de pandemia. En este sentido, ha destacado que los ERTE de la reforma "pueden ser utilizados de inmediato o cuando sea necesario".
No lo ven así las empresas y patronales afectadas, que reclaman una prórroga o por lo menos un régimen transitorio claro y ven menos beneficioso el nuevo marco, traslada Fermín Guardiola, socio de Baker McKenzie.
La reforma laboral adapta los ERTE por causas económicas, técnicas, organizativas y de producción (ETOP) y crea un nuevo mecanismo RED. Se incorporan varios elementos que proceden de la experiencia obtenida por la pandemia: la posibilidad de afectar o desafectar trabajadores en función de la actividad de la empresa; de obtener bonificaciones en las cotizaciones sociales y financiación si desarrollan actividades formativas para los trabajadores en ERTE, y las exoneraciones en las cotizaciones a la Seguridad Social.
Además de la fuerza mayor clásica, la nueva regulación que introduce la reforma laboral incorpora, como causa específica del ERTE, el impedimento o las limitaciones a la actividad derivadas de decisiones gubernamentales.
En el caso de los ERTE ETOP, las exoneraciones serán del 20%, condicionadas a la realización de acciones formativas, y en el caso de los de fuerza mayor, del 90%. Estarán vinculadas al mantenimiento del empleo y las empresas verán aumentado el crédito disponible para la formación.
La complejidad del Mecanismo Red
El Mecanismo RED de Flexibilidad y Estabilización en el Empleo deberá ser activado por el Consejo de Ministros, y tiene dos modalidades: la cíclica, que proporcionará a las empresas un marco estable ante una caída transitoria o cíclica de su demanda por causas macroeconómicas, para evitar despidos inmediatos al shock, y la sectorial, que proporcionará apoyo a la recualificación de trabajadores de empresas y sectores en transición que requieren cambios permanentes. Para financiar las necesidades del Mecanismo RED en prestaciones, exoneraciones y formación, se crea el llamado Fondo RED, adscrito al Ministerio de Trabajo.
Los trabajadores percibirán el 70% de la base reguladora durante todo el periodo en el que se encuentren en un proceso RED, hasta un máximo del 225% de la modalidad cíclica. Durante los primeros cuatro meses, las empresas tendrán una exoneración del 60%; entre el quinto y el octavo mes, del 30%, y a partir del noveno, del 20%. En la modalidad sectorial serán del 40%, condicionadas a la realización de actividades de formación.
Las empresas no tienen claro si los ERTE covid deberán formar parte del Mecanismo Red o podrán adaptarse a la modalidad no pandémica de los nuevos ETOP o por fuerza mayor. Eduardo Peñacoba, socio director de Simmons & Simmons en España, señala que los actuales ERTE pandémicos encajan en principio en las modalidades no RED y apunta que los RED se perfilan para cierres más contundentes que los que hay ahora en vigor, por ejemplo, para empresas que se vean obligadas a paralizar su producción por cuestiones relacionadas con la crisis energética o de suministros.