Endesa cerró la primera mitad de 2019 con un incremento del 3% en su beneficio neto en relación con el mismo periodo del pasado ejercicio, hasta 776 millones de euros, en un escenario afectado por el descenso de la demanda y las consiguientes caídas de ventas tanto en electricidad como en gas. La compañía también incrementó su resultado bruto de explotación (Ebitda), que alcanzó los 1.894 millones de euros, un 5% por encima del registrado en el periodo enero-junio de 2018.
La compañía destacó la evolución del negocio liberalizado y la contención de costes como factores claves para conseguir una evolución positiva en sus beneficios, en un contexto marcado también por las inversiones realizadas para poner en funcionamiento los 879 megawatios de renovables adjudicados en las subastas de 2017, que Endesa espera tener ya en servicio antes de que acabe el presente ejercicio.
En la primera mitad del año, Endesa afrontó una caída de la demanda del 1% en su área de distribución, según estimaciones de la compañía, un descenso que se fue por encima del 2% en toda España, de acuerdo con las cifras de Red Eléctrica. Como consecuencia de esto, la producción descendió un 13% en el primer semestre, en el que acusó también la escasez de lluvias.
Caída de ventas
Las ventas de electricidad descendieron un 3%, mientras que el número de clientes se redujo en unos 50.000 en este periodo, en el que el incremento del 2% en el negocio liberalizado compensó la caída del 3% en el regulado. Mientras, las ventas de gas sufrieron un retroceso del 6% en relación con la primera mitad de 2018.
La deuda se incrementó un 18%, hasta 6,795 millones de euros, producto de las inversiones para el desarrollo de las renovables, el impacto de las nuevas normas contables y el pago de dividendos.