El Fondo Monetario Internacional (FMI) no esconde una nueva vuelta de tuerca a los bolsillos de los contribuyentes europeos. El organismo que preside Christine Lagarde plantea, en su informe Fiscal Monitor de octubre, una eventual quita a la riqueza de las familias europeas para que la deuda pública de 15 estados europeos recupere sus niveles de 2007. En el citado informe, la institución económica llega a concretar una cifra: el 10% de los ahorros familiares.
Se define como capital levy o impuesto sobre el capital. Y sería un one-off. Es decir, la posible reducción se efectuaría de una sola vez. "Sería una medida excepcional para restaurar la sostenibilidad de la deuda pública", explica el FMI en su informe. Para justificar esta posible decisión, el FMI cita que es una medida defendida por destacados e históricos economistas como Pigou, Ricardo, Schumpeter o Keynes.
Pese a que el FMI no explicita ningún país, entre los 15 países en los que habría que reducir su endeudamiento público, el crecimiento constante de la deuda nacional de España podría incluirle en este listado. Actualmente, la deuda pública española se encuentra en niveles récord. Así, el conjunto de las administraciones públicas en el segundo trimestre del año alcanzó 942.758 millones de euros, el 92,2% del PIB, con lo que creció un 17,16% respecto al mismo periodo del año anterior. El objetivo de deuda para todo el año está en 91,4%, lo que supondría que debería no solo no aumentar, sino amortizarse deuda en la segunda mitad del año.
Las proyecciones no son nada halagüeñas para la economía española. La deuda pública bruta de españa alcanzará el 103,5% del PIB en 2014, con lo que habrá más que duplicado su endeudamiento público desde el comienzo de la crisis, según datos de la OCDE que recopila el Instituto de Estudios Económicos (IEE). De este modo, el año próximo la deuda pública española superará con creces el umbral del 100% del PIB, cuando en 2007 era del 42,4% del PIB. Desde el comienzo de la crisis en 2007, el nivel de endeudamiento de las administraciones públicas ha ido aumentando notablemente.
En el conjunto de países de la OCDE, la deuda pública media se situará el año próximo en un 113,1% sobre el PIB, cuando en 2007 el promedio apenas superaba el 74%. El mayor nivel de deuda pública bruta corresponderá a Japón, con una cifra del 233,1% sobre el PIB en 2014. Además de España, otros nueve países de la OCDE estarán por encima del 100%. Grecia registrará un 189,2%, figurando a continuación Portugal e Italia con niveles superiores al 140%. Irlanda (126,4%), Islandia (124,4%) y Francia (116,3%) también se situarán por encima del promedio de la OCDE. El Reino Unido alcanzará un 113%, mientras que los Estados Unidos llegarán al 110,4% y Bélgica al 104,5%. Austria, los Países Bajos y Alemania superarán el 85%, mientras que Finlandia rozará un 70%.
Esta medida "excepcional y de una sola vez, como reconoce el FMI, podría aplicarse para hacer sostenible la deuda pública de 15 estados europeos que no identifica
Entre los países de la OCDE que pertenecen a la Unión Europea destacan los niveles relativamente bajos de endeudamiento de Dinamarca (58,4%), Suecia (52,7%) y, sobre todo, Luxemburgo (32%). Estas tres naciones son la excepción en el conjunto de países de la OCDE, donde la deuda pública media se situará el año próximo en un 113,1% sobre el PIB, cuando en 2007 el promedio apenas superaba el 74%.
De aplicarse la medida, no sería novedosa. El FMI explica que estas confiscaciones excepcionales de riqueza fueron comunes en Europa tras la primera guerra mundial y en Alemania y Japón tras la segunda guerra mundial. Sin embargo, no tuvieron todo el efecto deseado porque transcurrió mucho tiempo desde que se anunció la medida hasta que se ejecutaron, lo que permitió a muchas familias poder ocultar sus bienes.
De forma más reciente, la troika (Unión Europea, Banco Central Europea y el propio FMI) decidieron aplicar una quita del 47,5% a los depósitos bancarios de más de 100.000 euros en el rescate de Chipre. Los depósitos por debajo de esta cantidad quedarían garantizados por el Estado.
Esta mismas medidas también forman parte de las discusiones sobre el entramado legal de la futura recapitalización directa a nivel Europeo. Finalmente, Bruselas aprobó que los depósitos de más de 100.000 euros sufran una quita en el caso de que el banco en el que está ingresado ese pasivo tenga que ser rescatado.
Los depósitos aparecen en el último grado de prelación en el ejercicio de 'burden sharing' (quitas), tras los accionistas, titulares de poductos híbridos y bonistas. De hecho, estas pérdidas se asumirán sólo como "último recursos" para la recapitalización de los bancos en los que estuviese ingresado ese pasivo. Bruselas quiere adoptar esta medida para limitar el impacto en la hucha del Fondo de Rescate (MEDE) de futuras crisis bancarias. De hecho, el MEDE será el último organismo en aportar fondos para la recapitalización de una entidad financiera.