La compra de Air Europa por parte de Iberia vuelve al punto de partida, con el fin de adaptar el acuerdo a las condiciones de mercado y evitar unas exigencias por parte de la Comisión Europea en términos de competencia que la antigua aerolínea de bandera no sea capaz de cumplir.
La operación debía haberse cerrado hace meses, pero las negociaciones entre las dos compañías con Bruselas para recibir ‘luz verde’ han dilatado el proceso. Tanto que, finalmente, se ha acordado hacer aguas el acuerdo de compra en los términos pactados hasta ahora para iniciar un nuevo procedimiento.
El gran perjudicado en esta operación no sólo será la familia Hidalgo, dueña de Air Europa y con notables problemas para mantener a flote la aerolínea, sino el propio Gobierno, que ha apostado más de 600 millones de euros en su supervivencia.
Air Europa fue la empresa que recibió el primer rescate llevado a cabo por la SEPI durante la pandemia, una inyección de 475 millones de euros –en dos préstamos a devolver en seis años- que el Gobierno aprobó en noviembre del año pasado, al considerar que la aerolínea tenía un “carácter estratégico” para el país. Además de estos préstamos, Air Europa también cuenta con un crédito avalado por ICO de 140 millones de euros, en el que participan varios bancos.
Es estratégica por dos motivos. El primero es que Air Europa tiene gran parte de su negocio en el largo radio (con vuelos trasatlánticos) pero también cubre un importante número de rutas dentro de España y facilita al Estado una conectividad nacional. El otro tiene que ver con el plan estratégico del Gobierno para impulsar Barajas, un aeropuerto en el que Aena ha invertido miles de millones y aún muestra debilidades en su competencia como punto de conexión europeo con Charles de Gaulle (París), Heathrow (Londres) o Frankfurt (Alemania).
Con el naufragio de la compra se hace patente la incógnita de qué pasará con el dinero que el Estado ha invertido en la aerolínea de la familia Hidalgo
La cuestión es que, tras más de veinte meses con una operativa a medio gas, el valor de la aerolínea ha caído y el que se presentaba como su ‘salvavidas’, su propio competidor Iberia, busca aplazar el acuerdo hasta que la situación financiera y operativa de ambas se normalice y todas las cartas estén sobre la mesa. Mientras tanto, Air Europa deberá hacer frente a su deuda con el Estado cuando su ‘caja’ está muy mermada. Un cambio de planes para el Gobierno, que contaba con que fuera Iberia quien se hiciera cargo de los plazos de devolución hasta 2026.
Desde que Iberia firmó su primer acuerdo con los Hidalgo en noviembre de 2019 ha llovido mucho y las condiciones han cambiado. En aquel momento, el grupo IAG veía una amenaza real en los amagos de Air France-KLM por hacerse con Air Europa y conquistar las conexiones aéreas entre Europa y Latinoamérica.
Ahora las opciones del grupo Globalia se han reducido, no porque su cuota de mercado sea menos interesante, sino porque el grupo galo-holandés se enfrentaría a más trabas de Bruselas incluso que Iberia para comprar a un competidor tras haber recibido ayudas multimillonarias de sus Estados durante la pandemia. Iberia, sin embargo, sí ha deslizado en varias ocasiones su interés por otras compañías europeas como Lufthansa.
Con el naufragio de la compra, al menos en los términos pactados hasta ahora, se hace patente la incógnita de qué pasará con el dinero que el Estado ha invertido en la aerolínea de la familia Hidalgo.
El Gobierno facilitó la operación
El Gobierno autorizó el rescate de Air Europa justo un año después de que se firmara la operación de compra por parte de la filial española de IAG. La intención del Ejecutivo era mantener con vida a la aerolínea de los Hidalgo pese a los efectos del desplome del tráfico aéreo; pero, a la vez, Moncloa facilitaba el desbloqueo de la operación de compra, paralizada entonces al considerar Iberia que la empresa valía mucho menos que los 1.000 millones pactados un año antes.
El acuerdo alcanzado por las compañías IAG y Globalia para fijar el precio en la mitad, 500 millones, no ha sido suficiente para que sigan adelante con la operación, que debía recibir el visto bueno de Bruselas antes del 4 de enero. Este miércoles, y mediante un hecho relevante enviado a la CNMV, las dos empresas confirmaban que se encuentran “en una fase avanzada las negociaciones para rescindir el acuerdo firmado”. Fuentes cercanas a la empresa que dirige Luis Gallego recalcan que la negociación está abierta y que no descartan seguir adelante con una “nueva estructura”.
Con todo, una nueva operación no solo situaría a la baja la valoración de Air Europa, sino que volvería a dilatar los plazos para autorizarla. Ambos factores acrecentarían el riesgo de que los más de 600 millones prestados por el Estado no puedan ser devueltos, ya que dependen de la mejoría de la situación de la aerolínea.