Los hogares españoles inician el año nuevo con una situación financiera algo comprometida, ya que su tasa de ahorro a cierre del tercer trimestre de 2018 -el último del que ha ofrecido datos el Instituto Nacional de Estadística (INE)- es la más baja desde el año 1999 en que comenzaron a registrarse estos datos.
En concreto, las familias españolas y las instituciones sin fines de lucro han ahorrado un -1,2% de su renta disponible en el tercer trimestre de 2018, la cifra más negativa en un tercer trimestre desde hace veinte años y que empeora considerablemente la tasa del -0,7% que se registró en el mismo periodo del año anterior.
¿Esto qué significa? Los hogares españoles han destinado 173.102 millones de euros al gasto entre junio y septiembre de este año, una cantidad superior a su renta disponible, de 171.461 millones, por lo que su ahorro se situó en terreno negativo (-2.023 millones de euros, frente a los -1.138 millones de euros del tercer trimestre de 2017).
Esta caída de la tasa es especialmente abrupta si se compara con la que se registró en el segundo trimestre del año, del 12,5%.
Esto es algo que preocupa a algunos expertos como al presidente del Instituto de Estudios Económicos, José Luis Feito, quien advierte de que “debemos mantenernos vigilantes ante la fuerte caída de la tasa de ahorro de los hogares, y el signo negativo de su saldo financiero” ya que si se mantiene “puede ser el origen de nuevos desequilibrios”.
En el tercer trimestre aumentó por el contrario la cantidad de recursos que se destinaron a las inversiones, un total de 13.701 millones de euros, lo que supone un incremento del 16,7% respecto al mismo lapso de tiempo del ejercicio previo.
Si se excluye de la estadística el impacto de la estacionalidad y el efecto calendario -para amortiguar la distorsión que pueden provocar las diferencias constantes que se producen por épocas del año-, el INE señala que el ahorro de los hogares se situó en el tercer trimestre en el 5,2%, el dato más bajo de un tercer trimestre desde el año 2007 (cuando se situó en el 4,8%).
Esta caída se ha producido a pesar de que la renta disponible bruta de los hogares españoles ha crecido desde 1999 y se encuentra en su nivel máximo desde ese año, en concreto en 184.996 millones de euros a cierre de septiembre de 2018 si se tienen en cuenta los datos ajustados a la estacionalidad.
Si no se tiene en cuenta el calendario, este indicador asciende a los 171.461 millones de euros, un 3,8% más interanual.
Teniendo en cuenta todas estas variables, el INE establece que la necesidad de financiación de los hogares fue superior en 2018, ya que se necesitaron 16.267 millones de euros frente a los 13.534 millones que hicieron falta en el tercer trimestre de 2017.
