Sólo cambios técnicos. Los Grupos Socialista y de Podemos van a registrar mañana en el Congreso enmiendas a la proposición de ley que crea los impuestos a banca y energéticas, pero de tipo "técnico" y de escasa trascendencia, con lo que van a ignorar el informe del Banco Central Europeo (BCE) que se publicó justo una semana antes, muy crítico con el impuesto a la banca. Así lo trasladan fuentes de Hacienda, que ratifican que este jueves se cierra finalmente el plazo de enmiendas parciales, abierto desde el 3 de octubre, a una proposición de ley en la que pretenden incluir el impuesto a grandes fortunas en una enmienda.
No se va a tener en cuenta el dictamen del BCE, aseguran las fuentes citadas, ni en sus aspectos centrales: el cuestionamiento que hace de los bancos a los que se aplica el impuesto, sólo nacionales y no extranjeros, y el umbral de afectación, de 800 millones de suma de ingresos por intereses y comisiones correspondiente al año 2019. Son estas dos deficiencias del impuesto las que el Banco Central Europeo señala como más graves, ya que advierte de que "falsean la competencia" e infringen el Tratado de Funcionamiento de la UE (TFUE).
Asimismo, las fuentes jurídicas consultadas por Vozpópuli consideran que tampoco se respetan las libertades de circulación de capitales, de establecimiento y la libre prestación de servicios que consagra el Tratado, en su modalidad de discriminación inversa al perjudicar al operador nacional y no al extranjero, al revés de lo que suele ser habitual. Estas conclusiones del BCE empujarán a la Comisión Europea a demandar a España, según ha desvelado este periódico. Siempre que no haya cambios en la tramitación parlamentaria que corrijan las deficiencias que ha señalado el organismo que preside Christine Lagarde.
El Gobierno dice contar con el análisis exhaustivo sobre el impacto del impuesto que pide el BCE, pero no aclara si lo publicará"
La postura del Ministerio de Hacienda es clara en lo que al registro de enmiendas parciales este jueves se refiere. El Gobierno se ha mostrado combativo contra el informe del BCE y ha sorprendido el tono del propio Pedro Sánchez contra el vicepresidente de la institución, Luis de Guindos. Antes de que el presidente saliera en tromba contra Guindos desde Portugal el pasado viernes, la vicepresidenta primera, Nadia Calviño se había abierto a introducir "mejoras" en la tramitación parlamentaria. Después de las declaraciones de Sánchez, este lunes Calviño ya no habló de mejoras.
Severo toque de atención del banco central
El BCE dio un toque de atención severo a los planes de Sánchez. En un dictamen firmado por la presidenta Christine Lagarde, el banco central lanzó dos advertencias que desmontaban los puntos claves del impuesto: las entidades deben repercutirlo a los clientes y puede falsear la competencia. De hecho, los banqueros habían advertido de que la normativa bancaria actual les obliga a tener en cuenta todos los costes, incluidos los fiscales, para conformar el precio de los productos, y de que la proposición de ley distorsiona la competencia al dejar fuera a entidades extranjeras, como ING o Deutsche Bank.
La negativa del Ejecutivo a suavizar el impuesto, al menos en la fase de enmiendas en el Congreso, supondría un jarro de agua fría para el sector bancario. Uno más, como señalan desde uno de los grandes bancos del Ibex, tras la amenaza de intervención de las hipotecas y con la aprobación de la nueva tasa fiscal "a marchas forzadas". De hecho, los banqueros acogieron con cierto optimismo el dictamen del BCE, que, a su juicio, forzaría una corrección de Sánchez.
Tras el varapalo del BCE se ha abierto un nuevo frente entre los bancos y el Ejecutivo. El banco central pidió un "análisis exhaustivo" sobre el impacto en el crédito y la rentabilidad de las entidades, entre otras consecuencias. Calviño replicó inmediatamente que el Gobierno ya había analizado "las cuestiones que suscita el BCE" a la hora de diseñar el gravamen. Un extremo que en el seno de las entidades al menos se cuestiona, por lo que retan a la vicepresidenta económica a publicar dicho informe para justificar la tasa en la tramitación parlamentaria.
Pulso al BCE para evitar la autocorrección
Fuentes del Ministerio de Economía y Asuntos Económicos no hicieron comentarios sobre la posibilidad de hacer público el análisis sobre el impacto en el sector del impuesto y se remitieron a las declaraciones públicas de la vicepresidenta económica.
La introducción de enmiendas de calado este jueves que tuvieran en cuenta los planteamientos del BCE trasladaría un mensaje de autocorrección que el Gobierno no parece proclive a transmitir en estos momentos. Esto no significa que no plantee cambios más adelante en el Senado.
Tampoco se esperan enmiendas revolucionarias en el caso de impuesto a energéticas. Aunque el gravamen que ha diseñado la Comisión Europea es muy diferente al español y más suave, finalmente Bruselas abrirá la mano y permitirá a los Estados miembros mantener sus fórmulas nacionales e ir más allá de la propuesta comunitaria.