La llegada del frío significa, para muchos, el inicio de la temporada de las castañas. Recolectadas desde principios de octubre, este alimento cuenta casi con el mismo número de amantes que de detractores, pero de lo que no hay ninguna duda es de que se trata de uno de los frutos secos más populares y nutritivos que existen.
Inmersos en el otoño, y con los días más cortos y fríos como protagonistas, toca adaptar también nuestros hábitos a la nueva estación. Unos hábitos en los que cambiamos nuestra dieta diaria que recibe alimentos propios de la temporada. Y entre ellos hay que destacar las castañas.
Este fruto típicamente otoñal, es un alimento muy nutritivo y admirado, entre otras muchas virtudes, por su bajo poder calórico. Y es que, en contra de lo que muchos creen, las castañas son el fruto seco menos con menos calorías que hay.
Las propiedades nutricionales de las castañas
Eso sí, a pesar de ser considerado un fruto seco, los expertos aseguran que por su composición se asemeja más a un cereal, tal y como apuntan desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Nutricionalmente, el citado organismo destaca que por cada 100 gramos de castañas, en torno a 48 gramos de su composición es agua, 40 gramos son hidratos de carbono, 6,8 fibra y en torno a 3 proteínas.
En cuanto a los minerales, las castañas destacan en fósforo y, aunque en menor medida, en potasio y magnesio. Además, cuentan con ácido fólico y ofrecen vitaminas del grupo B y vitamina E.
Los admirados beneficios de las castañas
Nutritivas y de lo más admiradas, descubrimos algunos de los beneficios que han convertido a las castañas en uno de los frutos secos más deseados:.
- Combaten el estreñimiento: gracias a su fibra, las castañas favorece el tránsito intestinal.
- Aportan un extra de energía: al igual que ocurre con otros frutos secos, las castañas son un alimento que da energía. En este caso, ese aporte extra proviene de los hidratos de carbono, y no de las grasas, ya que tan solo tiene unos escasos cinco gramos.
- Son un complemento de las dietas veganas: las proteínas de las castañas contienen todos los aminoácidos esenciales, por lo que pueden ser un complemento ideal para personas con una dieta vegana o vegetariana.
- Combaten la obesidad y son perfectas para las dietas para adelgazar: los hidratos de carbono que contiene las castañas son complejos, se absorben lentamente disminuyendo la sensación de hambre. Gracias a su efecto saciante, son un alimento perfecto para combatir el apetito evitando así picar entre horas.
- Regulan los niveles de azúcar: según aseguran diferentes estudios, como el realizado por la Universidad de South Australia, su alto contenido en fibra y carbohidratos de absorción lenta ayuda a mantener los niveles de azúcar evitando que se produzcan alteraciones de insulina en la sangre.
- Cuidan de la salud del corazón: son ricas en grasas saludables y ácidos grasos omega 3 y 6 y no tienen colesterol, por lo que cumplen una función cardioprotectora.
- Cuidan de los huesos: aunque es cierto que no es uno de los alimentos con mayor aporte de calcio, sus niveles, unidos a los de fósforo y magnesio, favorecen el buen estado de salud óseo. Según una investigación realizada por la Universidad de Iowa, en algunos casos, su consumo puede ayudar a prevenir la aparición de osteoporosis prematura.
- Buena opción para personas celiacas: las castañas no tienen gluten, por lo que pueden ser consumidas tanto por celiacos como con personas con sensibilidad al gluten.
- Aptas para personas con hipertensión: gracias a sus bajos niveles de sodio y su contenido en potasio, son un alimento saludable perfecto para las personas que tienen la tensión alta.
¿Cómo comer castañas? Precauciones
Las castañas son un alimento muy versátil que puede ser consumido de varias formas, como crudo, asado, confitado o hervido. Aunque las más populares en otoño son las castañas asadas, gracias a los típicos puestos callejeros que cada año aparecen en los pueblos y ciudades, hay quien prefiere utilizarla como ingrediente de guisos, purés, repostería o como guarnición.
Hay que tener en cuenta que si las consumimos crudas pueden ser algo indigestas, y siempre se recomienda que estén bien maduras y tiernas. Además, las castañas son ricas en taninos, por lo que pueden ocasionar gases y molestias intestinales.
