Por fin llegó el momento de recogerlas de entre las hojas en un agradable paseo otoñal y después comerlas crudas, asadas o en deliciosas sopas y suculentos postres. Y ya de paso, de disfrutar de una de las escenas más bellas que nos regala esta época: la explosión de color de nuestros castañares, con los árboles encendidos en rojos y ocres. Éstas son cuatro excursiones en busca de este fruto seco que, por cierto, tiene propiedades ideales para combatir la melancolía.