La industria española ha entrado en recesión en el mes de febrero debido a la caída de nuevos pedidos procedentes del extranjero, según refleja la encuesta PMI de sector manufacturero que se situó en los 49,9 puntos el mes pasado, es decir, por primera vez en seis años por debajo del umbral de 50, que marca el límite entre el crecimiento y la crisis.
Este indicador retrocedió, en línea con el europeo y en contra de lo que esperaba el mercado, desde el nivel de 52,4 puntos que había marcado en enero hasta los 49,9 puntos, con lo que entró en terreno considerado negativo por primera vez desde noviembre de 2013.
"Puso fin a más de cinco años de crecimiento del sector", explica Markit, la compañía que elabora el índice a nivel mundial por medio de encuestas a la industria.
La razón principal del descenso fue la caída de los pedidos, sobre todo de los procedentes del exterior, que retrocedieron por primera vez en casi seis años reflejando "un debilitamiento de la demanda en los países europeos vecinos y la caída de las ventas a China".
Al caer los pedidos, se contrajo la producción, y las empresas más afectadas fueron las productoras de bienes de capital.
No se destruyó empleo, pero se contrató menos
Sin embargo, no se produjo un cambio notable en la capacidad laboral, ya que el nivel de dotación de personal se mantuvo prácticamente sin cambios e incluso aumentó, aunque "a un ritmo leve que fue el más débil en alrededor de cinco años".
Los fabricantes españoles redujeron en febrero su stock de productos, ante la caída de la demanda y sus negativas expectativas.
Paul Smith, director de Economía de IHS Markit, explicó que "la desaceleración está estrechamente relacionada con un entorno de fabricación mundial cada vez más desafiante, especialmente en otros países europeos".
En concreto, aludió a la preocupación por el brexit y los problemas de la industria automotriz, que está teniendo un importante impacto en la demanda, sobre todo de bienes de capital.
"Dado que es poco probable que los desafíos mencionados se resuelvan a corto plazo, parece que el crecimiento inevitablemente se verá limitado en los próximos meses", advierte.
En febrero cayeron también las compras, por segunda vez en los últimos tres meses, mientras que las existencias de materias primas y productos semielaborados se mantuvieron sin cambios.
El precio de los productos derivados del petróleo y el acero disminuyó, por lo que los costes para los empresarios se redujeron.