La inflación cerró el mes de septiembre en el 8,9%, una décima menos de lo previsto. Así lo ha confirmado este viernes el Instituto Nacional de Estadística (INE), que ya adelantó hace dos semanas que el Índice de Precios de Consumo (IPC) creció el mes pasado un punto y medio menos que en agosto (cuando la tasa anual se situó en el 10,5%) ya por debajo de la barrera del doble dígito superada en junio.
El retroceso se debe, fundamentalmente, a la moderación en la variación del precio de la electricidad, que empezó a repuntar en verano del 2021 y, por tanto, la base con la que se compara es mayor y la diferencia anual es menor. Lo mismo ocurre en los carburantes y en el transporte, esté último con una tasa del 9,4%, más de dos puntos inferior a la del mes anterior.
Antes de este 'respiro' en la inflación, el IPC creció un 10,2% en junio, un 10,8% en julio, y un 10,5% en agosto, encadenando así tres meses con tasas superiores al 10%. Esto no se venía desde 1984, es decir, hace 38 años.
Otro indicador a observar es la inflación subyacente (índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos), que en septiembre ha disminuido sólo dos décimas, hasta el 6,2%. Esto se traduce en que el contagio de la energía al resto de productos de la cesta de la compra, tanto bienes como servicios, sigue siendo fuerte.
Una inflación persistente
En todo caso, la crisis inflacionista se prevé cada vez más persistente. Ayer mismo Óscar Arce, director general de Economía del Banco Central Europeo (BCE), advertía en una jornada económica organizada por la Asociación de Periodistas de información Económica (APIE) de que la inflación seguirá elevada el resto del año y, aunque se aprecie cierta moderación en 2023 los niveles serán todavía "muy altos". De hecho, no espera que se aproximen al objetivo de medio plazo del 2% hasta 2024.
Hace unos días también actualizó sus previsiones el Fondo Monetario Internacional (FMI), quien calcula que el próximo año la inflación en España se situará en el 4,9%, mientras que este año se cerrará en el 8,8%. Esto es la media de cada año. En cuanto a las tasas mensuales, según sus cálculos, la variación anual del IPC se situará en diciembre de este año en el 7,7%, con una senda descendente a lo largo del 2023 para acabar el próximo año en el 4,1%.
El Gobierno asegura que con sus medidas la inflación se ha logrado contener en 3,5 puntos, de los que un punto corresponde a la bonificación de los carburantes, dos puntos a la rebaja fiscal en la factura eléctrica, y medio punto al resto de medidas (tope del alquiler, abono transporte, etc.). Es decir, que de no haber sido por esta batería de ayudas, la inflación se aproximaría al 13%.
Además, desde el Ministerio de Asuntos Económicos aseguran que gran parte de la inflación es importada, apoyándose en el deflactor del PIB (indicador que descuenta la inflación 'importada' del exterior con la compra de materias primas y energía en el extranjero y únicamente tiene en cuenta la subida de precios experimentada en los bienes y servicios producidos a nivel nacional), que en el segundo trimestre se situaba en el 3,6%, según el INE.
Sandro_Ramirez
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