El aceite de oliva es, con diferencia, el producto del Índice de Precios de Consumo (IPC) que más se ha encarecido desde que se inició la crisis inflacionista en 2021. Su precio es ya casi un 140% más elevado que en la primavera de aquel año y, lejos de moderarse, sigue creciendo con intensidad.
Sólo en el último mes, septiembre, subió un 10,1%. No experimentaba un repunte tan intenso desde abril de 2022. Esas han sido, de hecho, las dos mayores subidas mensuales que ha registrado el aceite en toda la serie del Instituto Nacional de Estadística (INE), que arranca en el año 2002.
Con todo, el precio del aceite de oliva ya se ha más que duplicado y está en niveles históricos. Ya experimentó un fuerte subida antes de la pandemia. Entre 2015 y 2018 subió un 36%, pero durante los años sucesivos -y hasta 2021- volvió a bajar a los niveles anteriores, de 2014. Después de los dos últimos años, ahora está un 70% por encima de aquellos niveles máximos de 2018.
El incremento de costes y la sequía han agravado la escalada de precios en la mayoría de productos, con especial incidencia en el aceite de oliva, un producto de primera necesidad. El ministro en funciones de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, proyectó hace unos días la esperanza de que el precio se mantenga o registre una "ligera bajada" en las próximas semanas.
En todo caso, el margen de mejora es muy amplio al ser el producto de la cesta de la compra de los consumidores que más se ha encarecido. Además, el Gobierno ha empezado ya a suavizar las ayudas, con la rebaja a la mitad de la subvención en los carburantes a los transportistas, algo que, según advierten los profesionales, repercutirá en el factura de la compra.
Alimentos y hoteles
El aceite de oliva encabeza la lista, pero hay otros datos alarmantes. Le siguen los hoteles y otros alojamientos, que tras el golpe de la pandemia han subido sus precios. En todo caso, ha sido más bien una recuperación, pues ahora son un 88% más altos que en abril de 2021 pero sólo un 54% que en el mismo mes de 2019. Hay que tener en cuenta también el componente estacional que tienen los precios en este sector.
En siguiente lugar están los combustibles líquidos, con una subida del 70% desde marzo de 2021; el azúcar (57%); las salsas y condimentos (46%); la mantequilla (45%); la leche (44%); las harinas y los huevos (43%). Es decir, fundamentalmente alimentos, que de media han subido cerca de un 30% en ese periodo.
Más allá del encarecimiento acumulado, En España preocupa la evolución más reciente de los precios, que es lo que condiciona la política monetaria y fiscal. En el último mes, septiembre, subieron un 3,5% en términos anuales y un 0,2% en términos mensuales. El alza de los carburantes (6,5% y 3,2%, respectivamente) y de los alimentos (10,5% y 0,5%) explican una parte importante.
También influyen los efectos 'base' (aquellos que surgen al comparar con el mismo momento del año pasado, cuando la energía se moderó). Los organismos internacionales esperan que la inflación siga creciendo en España y el año que viene sea la gran economía de la UE con mayor tasa media. Dicho de otra forma, logrará el objetivo del 2% más tarde que Alemania, Italia y Francia.
Birmania
Absolutamente nada justifica esta colosal subida del aceite de oliva. Siempre hay sinvergüenzas dispuestos a aprovecharse de lo que sea.