El grupo IAG (International Airlines Group), integrado por British Airways (BA), Iberia, Vueling y Aer Lingus, se ha dejado 4.500 millones de euros en Bolsa desde que se celebró el referéndum sobre la salida o permanencia del Reino Unido de la Unión Europea hace ya más de tres años, el 23 de junio de 2016. Esto se traduce en una pérdida del 27% de su capitalización bursátil.
El día del brexit la compañía cotizaba a 6,86 euros por título, lo que supone valorarla en 14.000 millones de euros. Al cierre de mercado de este jueves, la acción se situaba en 4,79 euros, con lo que el mercado atribuye al 100% de la matriz de Iberia un valor de de 9.541 millones de euros. En este mismo periodo, el Ibex 35, el índice de referencia de la bolsa española, ha subido un 3,7%.
Desde la compañía de brokerage eToro explican que el ruido sobre el brexit está haciendo que "las manos débiles se asusten y se deshagan de sus títulos", pero aseguran que puede ser una "oportunidad a vigilar en el medio plazo". A esta opinión se suma David del Val, analista financiero de AFI (Analistas Financieros Internacionales), quien puntualiza que la compañía está siendo más castigada en Bolsa por la depreciación de la libra.
Ambos creen que esto perjudicará al negocio local del grupo en Reino Unido, lo que a su vez lastrará el turismo en España, donde el mercado británico es clave. No obstante, puntualizan que las empresas están teniendo tiempo para protegerse ante un brexit sin acuerdo y concretamente IAG "se está adaptando correctamente" a las exigencias de la Comisión Europea para mantener sus operaciones intactas.
IAG seguirá operando tras el 'brexit'
Bruselas ha dado a las aerolíneas una prórroga de casi siete meses, hasta el 24 de octubre de 2020, para adaptar su accionariado al reglamento y seguir operando en la Unión Europea en caso de un brexit sin acuerdo el 31 de octubre. Propone así propone adaptar la duración de varias medidas de contingencia ya aprobadas a principios de este año en el área de transporte, pesca y el presupuesto comunitario.
Desde la matriz IAG aseguran que IAG seguirá operando hasta entonces: "Tanto la Unión Europea como el Reino Unido han garantizado que los vuelos continuarán operando normalmente en caso de un brexit sin acuerdo, por lo que, nuestros vuelos operarán de forma normal". Fuentes cercanas a la empresa también señalan a Vozpópuli que "si algo se torciera", IAG tendrá más plazo para adaptarse.
Las aerolíneas deben cumplir con los requisitos de propiedad y control marcados por la Comisión Europea si quieren mantener sus rutas en la UE, entre los que destaca la obligatoriedad de que más del 50% del capital social de la empresa esté en manos comunitarias. Todos los operadores del grupo británico han presentado ya sus planes de contingencia ante las autoridades de sus países, pero en el caso de Iberia existe cierta incertidumbre sobre su "españolidad".
Javier Gándara, director de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), explica a Vozpópuli que ahora las compañías tienen estructuras accionariales complejas, no como antes con las aerolíneas de bandera, cuando sólo había un dueño y solía ser el Estado. "Entonces era mucho más sencillo identificar quién tenía la propiedad y el control, pero ahora son empresas cotizadas con miles de inversores", señala.
IAG se escuda en que El Corte Inglés posee la totalidad de los derechos políticos de su sociedad IB Opco a través de la firma Granair, pero el gigante de la distribución ha negado que "ostente el control". Ahora corresponde a la Comisión Europea valorar si mantiene los permisos de vuelo a Iberia y Vueling. No obstante, fuentes del sector señalan a este medio que es "impensable" que se prohíba a IAG operar entre países de la UE porque "sería un desastre en cuanto a la conectividad aérea".
La opción de un brexit duro sigue estando presente pese a que una mayoría de la Cámara de los Comunes ha dado este miércoles un primer espaldarazo a la ley que obligaría al Gobierno de Boris Johnson a evitar una salida sin acuerdo de la UE. Además, la oposición ha bloqueado la convocatoria de unas elecciones anticipadas, como pide el primer ministro británico, al menos hasta que la ley contra un brexit duro complete todos los trámites parlamentarios.