En muchos círculos financieros la fusión de Caixabank y Bankia pilló completamente por sorpresa. En otros no tanto, pues se gestó durante todo el verano. Sea como fuere, una vez que se han puesto las cartas encima de la mesa todas las miradas se han dirigido hacia el Sabadell, el tercero en discordia que se queda compuesto y sin novia en el peor momento.
"El que se queda más descolgado es Sabadell porque es un banco de bancos que se ha merendado una docena y no ha podido absorber ni limpiar lo que tenia qué limpiar", apuntan desde un fondo de inversión. Y es que todas las fuentes consultadas por este diarios coinciden en lo mismo: "no se puede quedar sólo".
La entidad que preside Josep Oliu necesita urgentemente un compañero con el que fusionarse para no desaparecer. Su capitalización bursátil no ayuda (2.000 millones de euros) pues es uno de los baremos que se utiliza en una eventual ecuación de canje. Con los datos actuales, el banco se diluiría al máximo con cualquiera de sus competidores más cercanos por volumen de activos.
Las quinielas
La operación de Bankia con Caixabank minimiza las opciones de fusión para los que quedan y el mercado es consciente de ello. Aunque ahora hay que mirar al futuro, es importante señalar que otra opción que estuvo encima de la mesa fue la de BBVA con Bankia, pero el temor a que José Ignacio Goirigolzarri cogiera fuerza en la entidad fusionada paralizó todos los planes, señalan fuentes. También se habló mucho de la unión de Sabadell con este banco.
Ahora, el movimiento natural sería que la segunda entidad española absorbiese a Sabadell. En los mentideros financieros se habla mucho de que ya es hora de que BBVA "se coma algún marrón", pero lo cierto es que el momento no hay atisbos de este acercamiento.
Las mismas fuentes señalan que antes del verano se extendió el rumor -"duró dos días"- de una posible fusión de Santander y BBVA, lo que muchos han catalogado de "ciencia ficción". Tampoco se descarta que el 'affaire' de Caixa y Bankia termine en un 'trío', con Oliu de por medio.
