El Ejecutivo de Pedro Sánchez, con el apoyo y/o abstención del Partido Popular, JuntsxCat y el Partido Nacionalista Vasco, mantiene vivo el sueño de la Superliga de Florentino Pérez. El proyecto de Ley del Deporte que se ha votado este jueves rubrica que la concesión de licencias a los futbolistas para disputar La Liga cada temporada no podrá quedar supeditada a su vínculo con otras competiciones.
En otras palabras, que no se les podrá excluir de la Liga si participan en una Superliga, como sería el caso de las plantillas del Real Madrid y el F.C. Barcelona. Un extremo no menor si se tienen en cuenta las flamantes consideraciones al respecto del abogado del caso en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, el griego Athanasios Rantos.
Si bien no son vinculantes para el fallo del TJUE, este último suele seguirlas en el 80% de los casos. Y las argumentaciones de Rantos son tan claras en cuanto a la libertad de Florentino y compañía de montar una competición por su cuenta como en defender que la FIFA, UEFA y las mismas ligas nacionales puedan sancionar, incluso con la expulsión de sus jugadores, a las entidades que participen de iniciativas que se acrediten como lesivas para las competiciones organizadas por ellas.
El apoyo del Gobierno español a las potestades de la UEFA sobre la Copa de Europa responde a las negociaciones para la obtención del Mundial de 2030
A falta de la sentencia del TJUE, prevista para la primavera, fuentes próximas al Consejo Superior de Deportes señalan que el proyecto de regulación que aviva el sueño de Florentino se convertirá en ley este jueves en los términos acordados entre las fuerzas políticas a finales del mes de octubre. Otras fuentes añaden que la opinión del abogado no es vinculante y ”queda mucho por delante” aún.
Informantes cercanos a las conversaciones entre el Ejecutivo y la Superliga dieron cuenta a este medio de la promesa del primero de no obstarles la vía en el plano nacional. Una piedra angular para el nuevo formato que impulsan el Real Madrid y el Barça, "abierto" a las ligas y potencialmente con mayor encaje en la opinión pública.
La Liga española presidida por Javier Tebas sostiene, a partir de un informe de KPMG, que una hipotética Superliga europea con cuatro descensos podría recortar su negocio en un 50% anual, una afirmación que desde el bando contrario relativizan al no haberse definido aún un formato.
La buena relación entre Florentino e Infantino
En el juicio en Luxemburgo, el Gobierno español sí ha apoyado las potestades de la UEFA para expulsar a equipos de la Copa de Europa, a la que la Superliga pretende reemplazar. Esta maniobra del PSOE responde a las negociaciones para la obtención del Mundial de 2030, cuya designación definirá la FIFA en 2024.
Es entonces donde emerge una nueva arista de las negociaciones en torno a la Superliga: el papel que asumirá la propia FIFA, a la que el abogado del TJUE señala como la última palabra en el mundo del fútbol, se trate de la confederación que se trate.
El presidente del ente suizo, Gianni Infantino, se ha encargado de remarcar en los últimos días su negativa a la Superliga europea. Pero lo ha hecho a la vez que ha presentado un nuevo Supermundial de Clubes de 32 equipos a partir de 2025, con las condiciones de acceso por negociar. Todo lo cual ha dejado patidifusos a los representantes de las ligas del Viejo Continente.
Ejecutivos del fútbol nacional trasladan a este medio su temor a negociaciones en la sombra entre Infantino y Florentino, quien preside desde 2019 la llamada Asociación Mundial de Clubes que auna a equipos grandes de fútbol más allá de Europa
Ejecutivos del fútbol nacional trasladan a este medio su temor a negociaciones en la sombra entre Infantino y Florentino, quien ya fue bendecido por el primero como presidente de la Asociación Mundial de Clubes creada en 2019 de cara a un hipotético Supermundial de clubes. Distintas fuentes cercanas a las partes dan cuenta de una relación de "amistad" entre el presidente merengue y su par de la FIFA, en claro contraste con la de Pérez con el titular de la UEFA, Aleksander Ceferin.
El nuevo CEO de la Superliga, Bernd Reichart, afirmó ya la semana pasada estar dispuesto a estudiar alternativas como una Superliga mundial y/o posibles sinergias, si bien ha asegurado estar ahora centrado en desarrollar el proyecto en su esfera europea.
