Société Générale adquiere el 4,9% de Repsol. Según se registra en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la entidad francesa es desde esta semana el segundo máximo accionista de la petrolera española tras comprar una participación que a precios de mercado tendría un valor cercano a los 900 millones de euros. Su posición es levemente inferior al 5,4% la firma de inversión estadounidense BlackRock, máximo accionista de Repsol, y supera el 3,2% que ostenta el Banco Central de Noruega, Norges Bank.
Según informa la CNMV, Société Générale realizó esta compra el pasado viernes 14 de abril aflorando un 5% en el capital de Repsol y, después de comunicar unos ajustes de la participación por sus derivados financieros, su accionariado en la compañía española se mantiene en un 4,9% que representa un total de 63,8 millones de acciones.
Las acciones de Repsol acumulan una caída en 2023 del 10,3% y Société Générale ha visto una oportunidad de compra en un compañía que el últimos tres años se había revalorizado un 94%. El banco francés se convierte de esta manera en un accionistas de referencia de Repsol, un grupo de accionistas que solo cuenta con firmas de inversión internacionales desde junio de 2022. Una fecha en la que Sacyr abandonó definitivamente su papel como gran dueño de la petrolera y desapareció de su accionariado.
Este protagonismo lo asumió y reforzó BlackRock. La firma de inversión estadounidense aumentó el año pasado su apuesta por la petrolera que preside Antonio Brufau y dirige Josu Jon Imaz del 5,204% hasta el 5,475%. Un porcentaje que se divide en un 5,3% de los derechos de voto atribuidos a las acciones, más un 0,169%, a través de instrumentos financieros.
Un modelo similar al que ha adoptado el gigante financiero francés y que hace presagiar en el mercado una intención de acomodarse en el accionariado de Repsol como BlackRock, que lleva como accionista de referencia desde 2010. La estrategia fue diferente en otras grandes firmas de inversión como Amundi, cuya matriz es Credit Agricole, JP Morgan o Goldman Sachs. Sus grandes posiciones en Repsol han sido poco duraderas y, en muchos casos, han durado pocos días porque su participación estaba totalmente ligada a instrumentos financieros para prestar acciones a sus clientes.
Por su parte, Repsol no es el único gran movimiento de Société Générale en las cotizadas españolas. El gigante francés irrumpió a finales de febrero, precisamente, en el accionariado de Sacyr con una participación del 5,11%. Un movimiento de 97 millones de euros en la empresa que preside Manuel Manrique, quien continúa como consejero de Repsol.
Una junta clave para Repsol
Société Générale llega en un momento clave para Repsol. La compañía cerró 2022 con unas cifras históricas de ingresos, beneficio, inversión y elevadas promesas para sus accionistas. En la junta que se celebrará el próximo 25 de mayo, la compañía que lidera Imaz aprobará un dividendo para repartir entre los dueños un 11% mayor que el año anterior, hasta los 0,70 euros brutos por acción.
La junta también servirá para renovar a Antonio Brufau en su cargo de presidente no ejecutivo de la compañía, así como consejero delegado a Josu Jon Imaz. Ambos por cuatro años más. Brufau, que en 2019 había anunciado que dejaría el cargo en 2023, continuará así un mandato más, hasta 2027, formando tándem al frente de la compañía con Imaz.
De esta manera, el consejo de administración de la energética, que llevaba tiempo analizando un plan de sucesión para Brufau, ha considerado que, ante el actual momento en la economía mundial, marcado por la crisis energética derivada de la guerra en Ucrania, la mejor decisión para la compañía es la continuidad del veterano directivo para garantizar un relevo ordenado en la presidencia y optar por mantener el modelo de experiencia que aporta junto a Imaz
Por último, el banco francés se encontrará con un plan de Repsol de recomprar 50 millones de acciones propias de la compañía con una intención de realizar una segunda reducción de capital social mediante la amortización de hasta un máximo de 132.739.605 acciones propias, equivalente al 10% del capital social de la sociedad. Unos ingredientes más que optimistas para el nuevo accionista.