El ADSL (Asymmetric Digital Subscriber Line o línea de abonado digital asimétrica), en su día el summum de la velocidad si hablamos de conectividad a Internet, agoniza ante el paso implacable de la fibra óptica, una tecnología mucho más veloz y que aporta infinitas posibilidades. Un claro ejemplo de ello es el de Telefónica, que ha eliminado prácticamente medio millón de conexiones de ADSL en un año. Este operador es, con diferencia, el que más redes fijas y móviles posee en España, con lo cual puede tomarse de ejemplo para el sector.
Si en junio del año pasado la corporación española poseía y mantenía 1.498.761 de líneas con ADSL, doce meses después el volumen se ubica en las 1.040.696. El cierre de centrales de cobre está, en parte, detrás de este dato.
El proyecto de cierre de centrales de cobre empezó en Telefónica en 2015 y desde entonces hasta finales de 2021 se han apagado unas 1.500 centrales de cobre por toda España. El objetivo es haber cerrado 8.500 centrales en 2025, lo que supondrá la práctica totalidad de las mismas. "De las cerradas, unas 684, es decir, casi la mitad, se apagaron en 2021, lo que da idea de la aceleración que está experimentando el proyecto, con el objetivo de alcanzar la transformación total de la red para finales de 2024", explican desde el operador a Vozpópuli.
La fibra aporta una mayor eficiencia energética y genera menos problemas -y por tanto menos intervenciones y reparaciones- que el ADSL. Por este motivo, Telefónica acelera para sustituir una tecnología por otra.
La fibra óptica reduce un 85% la energía consumida respecto a la fibra óptica
Telefónica lanza bonos verdes
De 2019 a 2021 Telefónica ha emitido un total de 3.250 millones de euros en bonos sostenibles. Tal y como refleja el gigante azul, parte de lo recaudado con esos bonos se ha invertido en migrar la red de cobre hacia la fibra óptica.
"Cabe destacar que hemos sido el primer emisor del sector de bonos senior verdes y de instrumentos híbridos (verdes y sostenibles). Los fondos obtenidos se han destinado a proyectos medioambientales centrados en la transformación de nuestra red de cobre a fibra, más eficiente y con menos averías; al despliegue y mejora de la conectividad móvil en zonas rurales y al fomento del emprendimiento y la generación de empleo a través de la inversión en startups. Nuestra intención es seguir aprovechando las oportunidades que nos ofrece este modelo de financiación", explica la compañía.
El operador revende o recicla el cobre obtenido tras el cierre de las centrales. No se trata de un dato, el de los residuos, que pueda calificarse como baladí: cerca del 91% de los desechos generados por eloperador provienen del proceso de la transformación de su red. Para Telefónica es importante el paso hacia la fibra óptica -reduce un 85% la energía consumida respecto al par de cobre-, en un momento en el que la luz se paga a precio de oro, a pesar de que las grandes compañías, como es el caso del gigante azul, negocian la factura energética en el largo plazo y con costes cerrados.
La fibra, además, garantiza el caudal de datos cada vez más ingente que demanda el usuario, y que crecerá aún más con la explosión del 5G e Internet de las cosas, dos revoluciones aún en ciernes.