Este jueves se conocía que la morosidad de la banca española se había reducido a niveles de junio de 2010. Dicho indicador descendió hasta el 5,35%. Los créditos impagados se redujeron en cerca de 3.000 millones de euros en junio, hasta los 65.007 millones de euros, una cifra que no se veía desde diciembre de 2008.
Por otro lado, el crédito total concedido a familias y empresas creció casi en casi 12.000 millones de euros, el 1,01%, y se situó en 1,215 billones de euros, nivel similar al registrado en octubre de 2018.
Los préstamos dudosos de la banca española han pasado de 135.000 millones de euros en diciembre de 2016 a 89.000 millones en diciembre de 2018. En este mismo período, los activos adjudicados se han reducido de 76.000 a 41.000 millones de euros.
Esto deja como resultado que la ratio de dudosos de la banca se sitúe de media por debajo del 4%, tal y como reconoce la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado. Cabe destacar que en 2018 la banca española vendió inmuebles y préstamos dudosos por 90.000 millones de euros, según un informe publicado por Prime Yield.
A pesar de estas buenas cifras, los supervisores siguen insistiendo en que hay que rebajar más los créditos de dudosos. El último aviso lo realizó este jueves el Banco Central Europeo. En una nota de prensa, en la que comunicaba se decisión de revisar las expectativas para este tipo de préstamos, el supervisor que dirige Mario Draghi pedía a la banca que siguiera por ese camino, mientras "las condiciones económicas sigan siendo favorables".
Estas palabras cobran fuerza, sobre todo, por los últimos datos macroeconómicos conocidos de la zona Euro, que evidencian un fuerte retroceso de la economía, vinculada a la desaceleración de Alemania, que está prácticamente en recesión técnica.
Riesgos
Joaquin Robles, analista de XTB, explica que un empeoramiento económico podría provocar un mayor desempleo en España, que se traduciría en más préstamos en estado de morosidad.
Durante los últimos días, los inversores han empezado a descontar nuevas medidas de estímulo por parte del BCE a raíz de las palabras del gobernador del Banco de Finlandia, en las que afirmó que el organismo europeo prepara unas medidas “significativas e impactantes”.
Entre ellas se encuentran la posibilidad de bajar los tipos hasta el -0,10% y una nueva ronda de compra de activos, en las que se podrían incluir por primera vez la renta variable.
Estas nuevas medidas de estímulo podrían continuar favoreciendo el crédito a tipos bajos del que han estado disfrutando los inversores durante los últimos años. Además, con la nueva ley hipotecaria, las entidades bancarias van a empezar a compartir historiales de crédito para calificar a los clientes y tratar de mejorar la calidad crediticia.